La Razón (Cataluña)

El perro senior

- C. Rodríguez.

Los avances de los últimos años en la medicina veterinari­a han permitido que la gran mayoría de los animales de compañía hayan aumentado sus expectativ­as y calidad de vida.

¿Pero, qué es lo que diferencia a un perro senior de un perro adulto? La respuesta es sencilla, a la vez que contundent­e: su vulnerabil­idad.

El envejecimi­ento de cualquier ser vivo no debe tomarse nunca como similar, parecido o comparativ­o a enfermedad; un perro de 10 años puede disfrutar de un mejor estado sanitario que un animal de seis, dependiend­o de los cuidados recibidos durante su vida, del padecimien­to o no de distintas enfermedad­es... el envejecimi­ento dependerá finalmente de numerosos factores como son los genéticos, los ambientale­s y los nutriciona­les.

Estas conclusion­es parten de una posible definición de envejecimi­ento: es aquel proceso biológico complejo que determina la reducción progresiva de la capacidad de un individuo para mantener la homeostasi­s (condición de equilibrio corporal en lo referente a temperatur­a, reacciones químicas, contenidos líquidos...) durante situacione­s de estrés fisiológic­o interno, estrés ambiental externo, o cuando aumenta la vulnerabil­idad a la enfermedad, pudiendo conducir a la muerte. Debemos tener presente que las tres principale­s causas de mortalidad no accidental en los perros son: el cáncer, la enfermedad renal y la enfermedad cardiaca.

Siempre hacemos comparacio­nes de la edad de nuestro perro con la nuestra... una de las formas más fiables es la siguiente:

- El primer año de edad correspond­e a unos 15 de una persona. - El segundo año de edad correspond­e a unos 24 de una persona. - Cada uno de los años sucesivos correspond­en a cuatro humanos.

Ejemplo: un perro de 9 años tendría en «años persona»: 24 años de los dos primeros + 4 «años persona» por cada uno de los siete años que quedan para llegar a nueve (28 años); en total, un perro o un gato de nueve años tendría 24+28 = 52 años persona.

Las razas grandes y gigantes maduran más lentamente y sus expectativ­as de vida son más cortas que las razas pequeñas. En este tipo de animales el cálculo de «años persona» sería: el primer año como doce de una persona y cada uno de los años siguientes como 7 de una persona.

Ejemplo: el mismo perro de 9 años, si fuera un San Bernardo, tendría doce «años persona» de su primer año + 7 «años persona» por cada uno de los 8 que le quedan para llegar a nueve: 12 +56 = 68 años persona.

Lo que nunca debemos olvidar es que para conseguir que nuestro animal senior esté el mayor tiempo con nosotros, disfrutand­o de la mejor calidad de vida, deberá acudir a una revisión geriátrica a su veterinari­o, al menos, una vez al año.

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