Un negacionista en la comunidad de vecinos
Philippe Le Guay se aproxima a este peligroso tema de actualidad en «El hombre del saco»
PhilippePhilippe Le Guay tiene la discreta y hermosa costumbre de combinar anotaciones cotidianas del día que apunta a modo de recordatorio con recortes de Prensa, bocetos, acuarelas, pensamientos repentinos y pequeños collages que va configurando tras un rastreo minucioso por las páginas de las revistas internacionales. «Me gusta apuntarlo todo», afirma el director en español sobre la entrevista que acabamos de terminar en el Instituto Francés.
Los relatos del complot
Con las mismas ganas de experimentación con las que vuelca sus creaciones caseras en la libreta, el autor galo ha decidido sustituir el registro celebrativo de «Las chicas de la sexta planta» para adentrarse en uno notablemente más sombrío e incómodo con «El hombre del sótano», su nueva propuesta basada en la historia real que padeció una pareja de amigos tras la llegada a su edificio de un inquilino neonazi y para cuyo guion ha necesitado la friolera de 10 años. «Hace 12 descubrí la historia real que ellos vivieron por la presencia de este hombre en el sótano. Aceptaron que trabajara sobre la misma, pero yo percibía en todo momento que era demasiado doloroso lo que había pasado. También para mí. De modo que -prosigue– durante diez años seguí con otras cosas, aunque sin olvidarme del proyecto y, de repente, hace dos años su recuerdo volvió a mí con más intensidad y como los verdaderos protagonistas ya han rehecho sus vidas, la presión disminuyó y ya no sentía la responsabilidad inicial, así que pude escribir más tranquilo con la distancia», explica Le Guay.
Asimismo, asegura sentirse preocupado por los recientes episodios de negacionismo que invaden la actualidad: «Hoy, el relato del complot está muy presente en muchas capas de la sociedad, la idea de que todo el mundo puede decir cualquier cosa. Las barbaridades ya no se quedan en el sótano, suben al peldaño de las redes sociales». Y subraya: «Pretendía hacer una inversión histórica a través del espacio. En los años cuarenta, los judíos se escondían en los sótanos para escapar de las redadas nazis, pero curiosamente en el presente son los antisemitas los que se esconden en el sótano», afirma sabiendo que esa reflexión final también irá a parar, si no está ya, al cuaderno.