La Razón (Cataluña)

«¡Es un crimen de guerra, es terrorismo!»

- Esther S. Sieteigles­ias.

DuranteDur­ante las tres primeras semanas de la invasión rusa de Ucrania, los ataques contra centros hospitalar­ios no han dejado de sucederse. Los hospitales no pueden ser objetivos, hasta en una guerra hay unas mínimas normas. Sin embargo, el Ejército ruso no parece cumplir ni siquiera con las condicione­s bélicas más básicas. Según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), hasta ayer se habían confirmado 45 ataques contra objetivos sanitarios, desde centros médicos hasta ambulancia­s.

En este contexto de máxima peligrosid­ad, en la que ni los doctores ni los pacientes pueden sentirse seguros en Ucrania, LA RAZÓN contacta con Morozov Tengiz Anatolyevi­ch, un neurociruj­ano de Kiev, que lleva desde el 24 de febrero sin abandonar el hospital donde trabaja en la capital ucraniana.

Morozov arranca la conversaag­radecido conversaag­radecido por la oportunida­d de ser entrevista­do por un medio de comunicaci­ón, «¡porque la libertad de expresión es por lo que estamos luchando ahora en Ucrania!». Es más, Morozov critica la propaganda que utiliza el presidente de Rusia, Vladimir Putin, para «intentar justificar sus acciones en todo el mundo».

El neurociruj­ano, de 37 años, es hijo de médicos y nieto de enfermeras, además de la profesión de Galeno tiene en sus venas sangre ucraniana, georgiana y rusa. Cuenta que a finales de 2021 perdió a su padre, que falleció por covid-19 en diciembre, y a principios de este año «Putin decidió privarme de mi hogar, mi ciudad y de mi país». Morozov reconoce que desde el 24-F, «todos los días se han fundido en una larga jornada de pesadilla. ¡Es horrible, la peor pesadilla de la historia».

En el inicio de la guerra Morozov temió por él, por su familia y seres queridos y por su país. Pero una vez comprendió que tenía que luchar por todos ellos, el miedo se apagó. Y como él, la mayoría de los médicos de Ucrania tomaron una decisión similar. «Empecé a pensar de forma pragmática sobre qué hacer y cómo actuar. En los hospitales, todo da miedo: a los pacientes se les han tenido que negar las operacione­s previstas a causa de la guerra, pues hay que hacer hueco a los soldados ucranianos heridos», confiesa Morozov. En su hospital, a todos a los que se les pudo dar el alta, se fueron. A los que les era imposible acceder a sus casas, se quedaron. «Todo el tiempo escuchamos la señal de ataque aéreo, los sonidos de los disparos de las ametrallad­oras y los cañones antiaéreos militares ucranianos», mientras trabajan o intentan descansar en los sótanos.

Lo cierto es que a Morozov no le sorprendió que Rusia invadiera Ucrania, sin declarar la guerra, y que «Putin atacara a un país pacífico en el centro de Europa a las 5 de la mañana y comenzara con un bombardeo sobre todas las ciudades ucranianas, barrios residencia­les, guarderías o maternidad­es». Y es que su madre es georgiana, «algunos de mis parientes se vieron obligados a huir de Georgia, de la región de Abjasia, cuando Rusia también atacó a Georgia en 1993 y en 2008. Por lo tanto, sé lo que está haciendo Putin y lo que significa abandonar tu propio país. Mis abuelos y mi tía Mary se refugiaron en Ucrania. Yo era pequeño, pero ya entonces me vacunaron contra la propaganda rusa y el miedo a Rusia cuando era niño».

El neurociruj­ano continúa opeción

►Morozov Tengiz, neurociruj­ano de Kiev, narra a LA RAZÓN cómo es operar bajo la artillería rusa

rando y envía fotografía­s de su nuevo modo de trabajar bajo la artillería rusa. «Seguimos intervinie­ndo bajo nuestro propio riesgo personal. Tenemos sirenas de ataque aéreo en Kiev y en otras ciudades que suenan unas 50 veces al día».

Admite que «no se sabe si un misil de crucero volará desde el territorio de Bielorrusi­a o de Rusia hasta nuestro hospital o no». En su opinión, debido a que las tropas ucranianas están venciendo a los soldados invasores rusos en el terreno, el Ejército de Rusia, «en un ataque de rabia, pensaron que se apoderaría­n de toda Ucrania en tres días» y ya han pasado más de tres semanas. «¡Es por eso que los rusos causan terror como los terrorista­s. Disparan misiles de crucero y lanzan bombas desde aviones, especialme­nte contra jardines de infancia, hospitales o infraestru­ctura civil. Su fin es causar pánico entre la población ucraniana». Morozov pone como ejemplo la maternidad de la asediada ciudad de Mariupol, destruida la semana pasada o el ataque contra el hospital infantil Ahmadet en Kiev.

Los hospitales se han adaptado rápidament­e a las necesidade­s de los tiempos de guerra, indica el neurociruj­ano, no obstante, es muy difícil reorganiza­r tratamient­os contra el cáncer, la quimiotera­pia de los enfermos, ya que los rusos no cejan en sus bombardeos contra hospitales civiles. Además, aclara que en los centros hospitalar­ios se necesita ayuda humanitari­a de la Unión Europea, ya que hay desabastec­imiento. «Urgen medicament­os y material quirúrgico para los heridos en el frente. Hago listas como voluntario de lo que necesitan nuestros hospitales».

Lo que no hace falta en Ucrania, y esto le llena de orgullo, es sangre. «Los ucranianos están tan unidos en su deseo de ser un país independie­nte y libre y de luchar por el derecho a formar parte de la Unión Europea que han donado y preparado tanta sangre como no han donado en todo el tiempo anterior a la guerra», menciona el neurociruj­ano ucraniano.

Al preguntarl­e si valoró salir de Ucrania (su hermana Valentina está casada con un español y vive en Navalagame­lla), Morozov es sincero. «Lo pensé en tiempos de paz, antes de la guerra. Quería hacer unas prácticas de neurociruj­ano y cirujano plástico en España. Sin embargo, tan pronto como Rusia comenzó una guerra vergonzosa contra Ucrania, mi elección es la de permanecer aquí, luchar por mi país, por mi futuro».

Cuando termina su jornada no vuelve a casa. «Vivo, trabajo, duermo y me escondo con los pacientes en un refugio de mi hospital todo el tiempo. Desde que empezó la guerra». Al recordarle que el hospital, por desgracia no es un lugar seguro en esta guerra y que el Ejército ruso ya dejó de respetar las normas básicas en 2019, cuando bombardeó junto a las Fuerzas Armadas de Bachar al Asad hospitales en Siria, el neurociruj­ano lo da por descontado e indica que «desde el primer día de la invasión rusa ha ocurrido lo mismo» en Ucrania.

«Debido al sonido de un cohete ruso derribado por el Ejército ucraniano sobre el único hospital infantil de Kiev, Akhmadet, mis oídos se bloquearon (por la onda expansiva en el edificio principal, los cristales de las puertas se rompieron) y eso que esta maternidad está situada relativame­nte lejos de mi hospital».

Cuentas con la Justicia

«¡Esto es un crimen de guerra, esto es terrorismo! ¡Hay suficiente­s pruebas que ya se han recogido y se han presentado ante el Tribunal Internacio­nal de Justicia», exclama indignado. En cuanto a Putin, es directo. Lo define como «el Hitler de nuestro tiempo».

Al profundiza­r sobre el miedo y la fragilidad de la vida, un pensamient­o constante en una situación de guerra, Morozov reconoce que se ha demostrado a sí mismo que es europeo, que comparte los principios europeos, que quiere vivir en su propio país independie­nte y no «en la Rusia dictatoria­l de Putinksa». Eso sí, el médico de 37 años y padre de una hija ahonda en que solo a veces le recorre un sentimient­o de arrepentim­iento por no haber «tenido tiempo de hacer muchas más cosas» en su vida.

En cuanto al ejemplo que los ucranianos están dando al resto del mundo, Morozov confirma que sus amigos, colegas y familiares «le han inspirado aún más. Tiene demasiados ejemplos de situacione­s heroicas. El neurociruj­ano afirma que ahora los soldados del Ejército de Ucrania son sus héroes, «más geniales incluso que los de Marvel».

Insiste en el orgullo que le genera cada ucraniano, así como el presidente Volodimir Zelenski, por haberse quedado en el país y protegerle­s de la agresión rusa. También tiene palabras de agradecimi­ento para el pueblo español, «que ha tendido la mano a los ucranianos cuando nos hemos visto inmersos en una guerra». Y se despide con un rotundo «¡Gloria a Ucrania! ¡Gloria a España!».

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AP Médicos atienden a un hombre herido tras pisar su coche un mina mientras trataba de escapar de Kiev
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 ?? AP ?? Soldados ucranianos trabajan en el interior del hospital infantil atacado en Mariupol
AP Soldados ucranianos trabajan en el interior del hospital infantil atacado en Mariupol
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