Una lucha por la identidad ucraniana
► El objetivo de Rusia no es la federalización de Ucrania ni su neutralidad, sino la eliminación de los ucranianos como etnia y de Ucrania como Estado
DuranteDurante los 30 años largos de su independencia, Ucrania, por tener un vecino tan agresivo como Rusia, estuvo defendiendo su derecho a ser una democracia soberana. Rusia estuvo aplicando diferentes métodos híbridos (políticos, económicos, diplomáticos, informativos) para impedirlo, para convertir a Ucrania en su satélite. En 2022, Rusia decidió agregar el método militar: el que usa cuando se agota la capacidad de los demás.
Antes de la guerra, la población de Ucrania se dividía en partidarios de varios partidos, incluidos los prorrusos, especialmente en los territorios del este y del sur. Esto se debe a la historia de la formación de la población de estas regiones desde los tiempos del Imperio Ruso, debido a las circunstancias de la Revolución de 1917 y a los trágicos eventos que siguieron: las hambrunas artificiales del pueblo ucraniano en los años 1920 y los 1930, las represiones políticas, y también la devastadora Segunda Guerra Mundial. El resultado ha sido la exterminación del campesinado ucraniano de aquellos territorios y la posterior ocupación por la gente que llegó del este y norte de Rusia. Todo esto socavó la identidad nacional de los ucranianos. La ideología soviética se concentró en la formación de la identidad nueva para que uno se identificara como el «hombre soviético». A su vez, el Gobierno de Rusia se esforzaba para convertirlos en partidarios del «mundo ruso».
La guerra actual entre Rusia y Ucrania se ha convertido en una guerra por la identidad ucraniana. Los ucranianos, a pesar de todos los esfuerzos de Rusia, se han convertido de una vez en una nación unida. Tras todas las atrocidades cometidas por el Ejército ruso contra la población civil, el número de partidarios de los partidos prorrusos disminuyó drásticamente. Todo el mundo ve imágenes de las ciudades del este y del sur de Ucrania: gente desarmada intentando parar los tanques rusos para no permitir que entren a sus ciudades y pueblos, protestas en ciudades ocupadas.
Es la reacción de la nación, que se dio cuenta de que el objetivo de Rusia no es la federalización de Ucrania, ni siquiera su «finlandización», sino la eliminación de los ucranianos como etnia y de Ucrania como Estado. Para los ucranianos es una guerra por la identidad, nos hizo sentir quiénes somos y decirlo a sí mismos y al mundo entero, reconocer que somos muy distintos de los rusos y mostrar en qué nos diferenciamos de ellos, y también ver quiénes son nuestros verdaderos amigos. Para Putin es la última oportunidad de resolver la «cuestión ucraniana»: reprimir a Ucrania y revivir al Imperio Ruso. Para Ucrania, esta es la última oportunidad de romper los grilletes de «fraternidad» rusa, de lazos pesados que han sido una horca al cuello por siglos.
Ante los ojos del mundo entero, Ucrania está destruyendo el mito inventado por Rusia de que los ucranianos y los rusos sean un solo pueblo, y también otros mitos sobre la «Gran Rusia» y sobre su gran victoria sobre el fascismo. Ucrania ha podido demostrar que el «segundo ejército del mundo» no es tan invencible como se representaba, que está mal equipado, que los generales rusos son incompetentes, su estrategia mal preparada, que cientos de sus soldados se rinden por sentirse engañados. En estos días se está formando una nueva imagen de Ucrania, aparecen sus héroes nuevos. Estos días se está escribiendo una página nueva de la historia del Ejército ucraniano, mientras Ucrania está convirtiéndose en un sujeto de política internacional del que depende si el resto de Europa vivirá en paz.
Nosotros estamos combatiendo al enemigo que supera notablemente a Ucrania. Pero cada nuevo día de guerra nos acerca a la victoria, que la vamos a festejar en Khreshchatyk, la calle central de Kiev, en la Plaza de Independencia, donde los ucranianos defendían reiteradamente a los valores europeos de democracia y libertad.
Rusia ya ha perdido, sin distinción del contenido del documento que se firmará tras la paz, porque Rusia llegó al suelo ucraniano con el único propósito: lograr la rendición de Ucrania y desmontar su Estado. Si Ucrania podrá contrarrestar esta invasión militar y ganar la guerra, Rusia nunca se convertirá en un imperio, y más: hay posibilidad de que termine de existir como un Estado con sus fronteras actuales, al igual que pasó con la URSS. Sus derrotas militares y sanciones económicas podrían contribuir al colapso de Rusia, y al nacimiento de Estados nacionales separados, que finalmente se librarán de la ocupación rusa y se volverán independientes. Zbigniew Brzezinski señaló que «sin Ucrania, Rusia no puede ser un imperio, con Ucrania, sobornada y luego conquistada, Rusia se convierte automáticamente en un imperio». Por eso, Putin reacciona con tanta rabia a cualquier intento de Ucrania de deshacerse de la influencia de Rusia. La guerra es una gran batalla de los ucranianos por el derecho a vivir en un Estado libre e independiente en la tierra que Dios les asignó.