La Razón (Cataluña)

La respuesta energética de la UE amenaza sus objetivos climáticos

► La necesidad de reducir la dependenci­a del gas y crudo rusos pone en cuarentena el Pacto Verde europeo

- S. de la Cruz. MADRID

Las medidas planteadas por la Comisión Europea para acelerar la desconexió­n del gas ruso y amortiguar la escalada de precios en el mercado eléctrico colocan la urgencia geopolític­a en la primera línea de acción energética y arrebatan la prioridad a los objetivos climáticos de la Unión Europea. El Ejecutivo comunitari­o cree posible, aunque difícil, que la UE reduzca su dependenci­a gasística de Rusia en un 66% en un año a través del aumento de las importacio­nes importacio­nes de gas natural licuado y de hidrógeno, mejorando la eficiencia y acelerando el despliegue de renovables. Esa es la senda para separarse del gas ruso en 2030. Esa fecha es clave, porque la UE se fijó hace menos de un año la obligación legalmente vinculante de reducir en al menos un 55% sus emisiones de CO2 para el final de la década en comparació­n con los niveles de 1990 y Bruselas ha presumido reiteradam­ente de ambición y vanguardia climática ante la comunidad internacio­nal.

Carbón

El deseo de alejarse del gas ruso, y el desorbitad­o precio de esa materia prima, están volviendo a poner de moda el carbón, un hidrocarbu­ro que libera más CO2 que el gas pero que, en el contexto de la invasión de Rusia a Ucrania, resulta económica y geopolític­amente atractivo. Alemania, por ejemplo, ha reactivado plantas de generación con carbón, combustibl­e fósil responsabl­e del 40% de las emisiones globales de efecto invernader­o. «Es una decisión soberana de cada Estado miembro decir :‘‘ vale, seguiremos un poquito más con la nuclear o con el carbón ”», dijo hace unos días el vicepresid­ente de la Comisión Europea y responsabl­e del Pacto Verde, Frans Timmermans, que insiste en que los países tendrán que cumplir el compromiso de la UE para 2030. Salvo que la sobriedad energética de los consumidor­es desempeñe un papel extraordin­ario, –el alto representa­nte para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha pedido a los europeos que «bajen la calefacció­n de sus casas»–, quemar más carbón se traducirá en que la UE emitirá más CO2 a corto plazo.

A cambio, los Veintisiet­e tendrán que profundiza­r en el recorte según avance la década, y a medida que estén operativos los parques de generación renovable cuya construcci­ón se quiere acelerar ahora, pues el objetivo de 2030 es obligatori­o por ley. Esa sustitució­n de carbón por gas ya se venía produciend­o a nivel global. Según la Agencia Internacio­nal de la Energía, las emisiones mundiales de CO2 registraro­n un incremento «histórico» del 6 % en 2021 debido a que el prohibitiv­o precio del gas hace que se esté quemando más carbón y liberando más dióxido de carbono. No obstante, ese aumento de las emisiones no se sale de la tendencia esperada, pues algunas proyeccion­es anteriores a la escalada de precios energético­s ya apuntaban a que se alcanzaría un pico global de emisiones hacia 2025, para luego reducirse gradualmen­te.

Petróleo

Las medidas planteadas por la Comisión Europea se centran en revisar la formación de precios en el mercado eléctrico y también en desprender­se del gas ruso, que supone en torno al 40% del consumo de ese hidrocarbu­ro en la UE. Pero Bruselas no se ha metido, por ahora, con el carbón o el petróleo, materias primas que también registran precios de récord y que la UE importa de Rusia en un 46% y un 27%, respectiva­mente. Al otro lado del Atlántico, Washington sí que ha actuado contra los tres hidrocarbu­ros rusos –gas, carbón y petróleo– prohibiend­o todas las importacio­nes. Pero la situación de partida es radicalmen­te distinta. Estados Unidos es un gran productor de energía con apenas exposición a Rusia, mientras que la UE es importador­a neta y depende enormement­e del país que preside Vladímir Putin, al que en 2021 compró 148.000 millones de euros en energía, informa Efe.

En todo caso, la AIE ha puesto ya el petróleo en el punto de mira y, al igual que el plan que presentó para que la UE reduzca su dependenci­a del gas y en el que ha inspirado la Comisión Europea, esta agencia de la OCDE presentó hace unos días otro bloque de pautas para alejarse del crudo ruso. En el petróleo, Rusia también es el primer exportador, pero ahí hay un mercado mundial y se está hablando con los países productore­s para sacar más petróleo al mercado. Con sus consejos, considera que si se aplicaran plenamente en el mundo desarrolla­do se podría reducir la demanda en 2,7 millones de barriles diarios en un periodo de cuatro meses. Apuesta por reducir la velocidad a 110 km/ h en autopistas y autovías, teletrabaj­o y domingos sin coches.

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EFE Alemania ha reactivado sus plantas de carbón, como esta de Datteln, cerca de Dortmund

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