Cataluña, desbordada por la llegada de refugiados ucranianos
►Algunas poblaciones tienen problemas para acogerlos y los colegios especiales están muy saturados con alumnos del país eslavo por las clases masificadas
SegúnSegún los datos facilitados esta semana por la Generalitat, Cataluña La Generalitat tiene constancia de unos 8.000 refugiados y 151 menores no acompañados que han llegado a la comunidad autónoma desde Ucrania desde que estalló la guerra en el país, por la invasión de Rusia. Son muchos los problemas, complicaciones y cambios que estas llegadas generan, en casi todos lo ámbitos. Un sitio sintomático es precisamente la «Ucrania catalana».
Se trata de Guissona, una población importante por asuntos agroeconómicos, y también por su elevadísimo número de ciudadanos inmigrantes. Sucede lo mismo que en Salt. La mitad de la población son extranjeros, sin apenas incidentes, pero ahora hay un problema.
Ya de por si en Guissona viven muchos ucranianos, por el efecto llamada. El alcalde, Jaume Ars, aseguró esta semana que el municipio atiende a 143 personas ucranianas refugiadas y que podría llegar a 200 contando con las que se empadronen en pueblos cercanos como Ivorra, Sanahuja o Biosca. Entre ellos, hay 60 menores.
Ars explicó que de momento el Consistorio puede «asumir perfectamente» la ayuda a los 143 refugiados pero que no puede garantizar si se podrá asumir a todos si siguen llegando, teniendo en cuenta que en Guissona hay el efecto llamada por haber una comunidad ucraniana potente.
El alcalde ha mostrado su preocupación por las necesidades que pueda tener el municipio dentro de dos o tres semanas argumentando que cuenta con 120 voluntarios que atienden a los recién llegados y que no hay garantía de continuidad en el tiempo.
En Barcelona, concretamente en el distrito de Sant Martí, hay otra llegada masiva de familias ucranianas, la mayoría mujeres con niños, que han generado una serie de necesidades una vez se instalan en Barcelona. Una es la escolarización de los niños que, aparte de haberles asignado una escuela en la ciudad, existen otros centros que les permiten completar —y continuar— las clases.
¿Cómo ayudar a Ucrania desde Barcelona? Existen diferentes fórmulas para ayudar a los ucranianos, desde realizar aportaciones económicas, recoger material humanitario o hacerse voluntario Es el caso de la escuela Mriya, en Sant Martí. Es un centro homologado por el Ministerio de Educación ucraniana, que los sábados ocupa las aulas del Instituto Salvador Seguí para seguir los cursos de primaria y secundaria de Ucrania.
La directora de la escuela, Svitlana Shkolna, explica que tienen las aulas llenas y que no pueden recibir más alumnos refugiados: si hasta ahora daban clase a 220 alumnos, desde hace tres semanas se han añadido unos 150 compavisto triotas más. «En este centro ya no podemos acoger a más alumnos y nos da mucha pena porque necesitan abrazos, ver libros y que la vida sigue, ya que algunos creían que se había acabado, que no volverían nunca más a clase» Svitlana Shkolna, directora de la escuela.
Donde más se nota el aumento de alumnado está en las clases de primaria. Maria Cherngovska, tutora de una clase de quinto, ha cómo su aula ha pasado de enseñar matemáticas a un grupo de 10 niños a hacerlo ahora a uno de 25: «Es difícil y por eso quiero dar el máximo de mí misma para que los alumnos no pierdan el ritmo de las matemáticas y puedan regresar a Ucrania para seguir con sus estudios», explicó.
Respecto a los datos ofrecidos al principio, los más de 8.000 refugiados ucranianos en Caraluña, la consellera de Igualdad, Tania Verge destaca que son datos provisionales que hay que «tomar con cautela».
Sobre el funcionamiento de un centro de acogida que comenzó a funcionar el viernes, y que está ubicado en el recinto de la Fira de Barcelona, dice «la colaboración entre las administraciones debe ser máxima» y que la acogida de las personas migradas se hace desde el territorio, en sus palabras.
La consellera detalla que los trámites para solicitar la protección internacional como refugiado pueden hacerse tanto en el centro de la Fira como en las comisarías provinciales de la Policía Nacional, según les ha transmitido el Gobierno.
Verge ha puesto en valor los envíos solidarios de material y ayuda a los ucranianos desde Cataluña, pero ha pedido canalizarlos a través de las instituciones y las entidades especializadas en lugar de mediante una «iniciativa individual».
Por au parte, la consellera Violant Cervera recordó que la Generalitat irá poniéndose en contacto con todas las familias que se han ofrecido para acoger y que trabajan para darles ayudas, más allá de las que reciben cuando la acogida es permanente. Todos los menores refugiados ucranianos están en familias.
Sobre la acogida de adultos con niños, se está vehiculando mediante un programa del Gobierno y que la Generalitat está recogido las peticiones de particulares a la espera de saber «cómo se canalizarán», según el dispositivo general estatal.
El de Fira de Barcelona es el tercer centro de este tipo que abre en menos de una semana, tras los de Pozuelo de Alarcón y Alicante, para centralizar la atención a los refugiados ucranianos.
El centro, que cuenta con el apoyo de Cruz Roja, atiende a la ciudadanía ucraniana desplazada para documentarla y que puedan obtener de «forma ágil» la resolución de Protección Temporal que da acceso a permiso de residencia, trabajo y demás derechos sociales por un periodo de un año.
Guissona atiende a 143 personas ucranianas refugiadas y que podría llegar a 200 El de Fira de Barcelona es el tercer centro de este tipo que se abre en menos de una semana