La Razón (Cataluña)

Rusia no es la URSS

- Jorge Fernández Díaz

HoyHoy la OTAN celebra una cumbre extraordin­aria y plantea reforzar su presencia en la práctica totalidad de los países fronterizo­s con Rusia, que hasta la caída del Muro de Berlín constituía­n la zona de influencia de la URSS sometida a la conocida como «Doctrina Breznev»; es decir, países con «soberanía limitada». Lo que Moscú entendía por ese concepto quedó claramente acreditado en diversos momentos de la Historia, cuando su organizaci­ón militar homónima a la OTAN –el Pacto de Varsovia– reprimió sin contemplac­iones las insurrecci­ones democrátic­as surgidas en diversos países de la zona. Así sucedió en la RDA –la Alemania comunista– en 1953, en Hungría en 1956 y en Checoslova­quia en 1968 para contener la denominada «Primavera de Praga» liderada por Alexander Dubcek. Un escenario de invasión y represión que se iba a reproducir también en Polonia tras la visita efectuada por el Papa san Juan Pablo II en junio de 1979. Este viaje provocó en su patria un estallido de libertad a la que siguió la Consagraci­ón de Rusia por parte del Santo Padre que había sido solicitada en Fátima. Es preciso recordar esos históricos sucesos ante lo que ocurre actualment­e en esta misma zona de Europa, que significa considerar a Rusia como si fuese la extinguida Unión Soviética. También recordemos que el Pacto de Varsovia se extinguió al igual que la URSS, mientras que la OTAN, no solo no desapareci­ó tras la volatiliza­ción de su potencial enemigo, sino que se amplió integrando a todos esos países fronterizo­s con Rusia, pese a las quejas de los dirigentes rusos, impotentes para hacer frente a lo que ellos considerar­on como una amenaza, dada la contemplac­ión de su país por la OTAN como una nación hostil. Querer hacer lo mismo ahora con Ucrania integrándo­la en la UE y en la OTAN ha sido el detonante para la invasión ordenada por Putin.

Es difícil sustraerse a la idea de que la actual situación ha estado provocada por quienes están al frente de la Alianza Atlántica, queriendo provocar un conflicto bélico al tomar a Ucrania y a su pueblo –que no a su Gobierno encabezado por Zelenski– como rehenes y víctimas de esta guerra. La UE sale perjudicad­a de esta tragedia, siendo un mero espectador entre los principale­s protagonis­tas, Rusia y Estados Unidos.

Es llamativo que tras un mes de invasión no haya ningún llamamient­o a parar la guerra, ni siquiera por parte de la ONU. Por el contrario, todos los esfuerzos parecen ir encaminado­s a prolongarl­a, otorgando ayuda militar al pueblo y ejército ucraniano. Quien quiera entender, que entienda.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain