El padre de las privatizaciones abandona Rusia por la invasión de Ucrania
El líder reformista, de 66 años, es el funcionario de más alto rango del Kremlin que dimite hasta la fecha
VladimirVladimir Putin está siendo cada vez más cuestionado desde que diera luz verde a la invasión de Ucrania. Una «operación militar especial», tal y como reconocen el mandatario ruso y su cercano círculo, que viene a resumirse en una agresión a gran escala en la que cientos de civiles han muerto y otros tantos han resultado heridos, así como edificios y ciudades han quedado arrasados tras continuos bombardeos. Antes de que se creara el marco bélico actual, la Duma reconocía a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. A partir de ahí, el líder ruso inició un conflicto en el que no solo más allá de sus fronteras, sino incluso en su propio pueblo, ha suscitado protestas. Pero también dentro del Kremlin, con la dimisión del veterano Anatoli Chubais.
El conocido reformista, representante presidencial ruso para el desarrollo sostenible y asesor de Putin, renunció a su cargo y abandonó el país, tal y como informó ayer la agencia TASS. La renuncia del famoso economista fue confirmada por el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Chubais, de 66 años, sería el funcionario del Gobierno ruso de más alto nivel en romper con el Kremlin por la actual situación en Ucrania. Es conocido por ser el padre del programa de privatizaciones en Rusia en los noventa y fue uno de los principales arquitectos de las reformas económicas de Boris Yeltsin. Después apoyó a Putin en las elecciones de 2000 y permaneció en su Gobierno al cargo de grandes empresas estatales hasta que el mandatario ruso le encomendó su actual responsabilidad en diciembre de 2020 hasta ahora. Mantuvo estrechos vínculos con Occidente.
A la carrera de Chubais no le faltó decisiones que le sumergieron en numerosas polémicas y situaciones controvertidas. Además, encabezó durante varios años la lista de políticos más impopulares de Rusia. Sobre todo después de que en 1992, como viceprimer ministro, dirigió el controvertido proceso de privatización en la nación tras el colapso de la Unión Soviética, que supuso una expoliación del Estado, por la que pasó a manos privadas el 80% de la economía del país y del que se apoderaron los oligarcas. Esa situación acabó con los monopolios estatales en manos de unos pocos empresarios.
Gran parte de la población lo responsabiliza de los tiempos de crisis en Rusia y también se ganó enemigos entre el «establishment» político después de unir a otros liberales de la oposición con fuerzas leales a Putin. Fruto de estas disputas fue el intento de atentado que sufrió en 2005 en Moscú, cuando era presidente de la compañía eléctrica estatal Sistema de Energía Unificado. Una bomba explotó al paso de su coche blindado, que a su vez fue tiroteado. Milagrosamente, logró salir ileso. Antes, dijo ser víctima de otros tres ataques fallidos.
La noticia coincide con las informaciones sobre la salida de Rusia de varios representantes del mundo cultural y de negocios contrarios a la invasión de Ucrania. El 16 de marzo, Putin advirtió de que limpiaría Rusia de la «escoria y los traidores» a los que acusa de trabajar de forma encubierta para EE UU y sus aliados.
Así, el Gobierno ruso ha aumentado la presión sobre los críticos internos de la guerra. La semana pasada, Arkady Dvorkovich, quien fue asesor económico principal de Dimitri Medvedev durante su presidencia y viceprimer ministro hasta 2018, renunció como jefe del fondo de tecnología Skolkovo tras condenar el ataque. Al comienzo de la invasión, Andrey Kortunov, otro asesor del Kremlin, rompió filas para pedir un alto al fuego en Ucrania, una guerra que calificó de «vergonzosa» para Rusia. «Muchos de nosotros estamos abatidos, y otros tantos deberían estarlo. La gente está siendo asesinada», declaró a Sky News.
Ocupó importantes puestos en empresas estatales y desde 2020 era asesor en Medio Ambiente