La UE se abre a intervenir la energía
► Acepta que se fijen precios tope para el gas natural o la luz, pero no de forma unilateral y avisa del riesgo ante posibles apagones
La Comisión Europea presentó ayer una batería de propuestas con el objetivo de encauzar el debate sobre el alza vertiginosa de los precios de la energía. Un documento que está siendo ya analizado con lupa por los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete que se reúnen desde ayer en la capital comunitaria. Aunque Bruselas plantea por primera vez medidas como las defendidas por el Gobierno de Pedro Sánchez y otros países del sur de Europa –entre ellas intervenir de manera directa en los precios de la energía– lo cierto es que el Ejecutivo comunitario se muestra prudente sobre las opciones elegidas y puntualiza que todas ellas entrañan riesgos y su carácter debe se limitado y temporal.
El texto presentado parece sobre todo una patada hacía delante que sirva para azuzar el debate entre los Veintisiete, a la espera una nueva propuesta en el mes de mayo. A pesar de que en su gira europea, Pedro Sánchez ha conseguido el apoyo de países como Francia, Italia Italia y Bélgica, el grupo comandado por Alemania y Países Bajos sigue resistiéndose. Entre la batería de propuestas del Ejecutivo comunitario, se encuentra negociar de manera colectiva en la UE, las compras conjuntas que pedía España, con los socios internacionales el suministro de gas licuado que llegue a la UE a través de buques metaneros. La segunda tanda de medidas tiene que ver con la intervención directa en la fijación de precios en los mercados mayoristas ya sea en el eléctrico o sólo en las tarifas de gas.
En este último aspecto, a través de la imposición de un tope al precio del gas que sea mayor que el coste de los proveedores pero menor que el del mercado y sin compensaciones para los afectados. Este precio límite deberá ser común en todos los países europeos para evitar distorsiones, aunque existe la posibilidad de que se ponga en peligro el suministro energético y de que las compañías prefieran priorizar a los países vecinos como clientes. Esta sugerencia de la Comisión Europea para que los topes en los precios del gas no se determinen de forma unilateral choca con los planes de Sánchez, que pretende defender su propuesta para que España y Portugal, con el mismo mercado energético y prácticamente aislado del resto del continente, puedan actuar en este ámbito sin necesidad de que lo hagan todos los socios. Los intercambios energéticos desde la Península Ibérica hacia el resto de Europa apenas alcanzan el 2,8%.
España defiende la necesidad de desacoplar el precio del gas del de la electricidad mediante la creación de un fondo de compensación. Topar el precio del gas que se usa en la generación de electricidad a través de los ciclos combinados tendría unos efectos inmediatos en las facturas que pagan los consumidores. En cuanto a cómo se compensaría, fuentes del
Ejecutivo español indicaron que se plantean opciones diversas, entre ellas acudir a los Presupuestos o utilizar los recursos del propio sistema gasista, pero sin recurrir a subvenciones ni subsidios.
En cuanto a la intervención total de todo el mercado eléctrico, Bruselas propone varias opciones como una compensación a los generadores de combustibles fósiles en el que se tenga en cuenta el precio del gas o un límite de precios que afecte a todas las fuentes de energía. Como tercera opción, Bruselas también plantea impuestos a las compañías eléctricas a las que favorezca el «rally» del gas.
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