La Razón (Cataluña)

El número uno es lo de menos

► Barty, la líder del tenis mundial, anuncia su retirada con 25 años porque ya lo ha dado todo

- Mariano Ruiz Díez. MADRID

El tenis femenino se ha quedado sin reina. Asleigh Barty (24-4-1996, Ipswich) ha anunciado su retirada con una sencillez y normalidad que contrastan con una trayectori­a a la altura de las mejores. Tres Grand Slams en tres superficie­s diferentes, 114 semanas seguidas como número uno del mundo (sólo mejoran esa marca Steffi Graf, Serena Williams y Martina Navrativlo­va), 15 títulos, 24 millones de dólares en ganancias... y un adiós en una charla relajada en Instagram con su amiga y extenista Casey Dellacqua. «Quiero perseguir otros sueños. Hay tantas cosas por hacer y sueños que perseguir que no implican necesariam­ente viajar por el mundo, estar lejos de la familia o fuera de casa, que es donde siempre he querido estar», relata la extenista de 25 años. «No tengo el impulso físico, la necesidad emocional ni la motivación necesaria para estar en la cima. Estoy agotada. No tengo más que dar y eso para mí es el éxito. He dado todo lo que tengo», confiesa Barty.

Se va sin conocer la derrota en 2022 (11/0) y después de disputar su último partido el 29 de enero en la final del Abierto de Australia en la que se coronó ante la estadounid­ense Collins. Era la primera tenista local que ganaba el título en 44 años y el anuncio de su adiós ha dejado al país en estado de shock. «Quiero dar las gracias a Ash por inspirar a un país, inspirar a una nación en un momento en que realmente necesitába­mos una buena inyección de ánimo», afirmó Scott Morrison, primer ministro «aussie».

A Barty siempre le costó mucho dejar Australia y embarcarse en largas giras. En 2020, cuando estalló la pandemia, no jugó un partido hasta enero del año siguiente. El pasado mes de noviembre anunció su compromiso con el golfista amateur Garry Kissick, lo que muchos interpreta­ron como un anticipo de su adiós. La victoria en el pasado Open de Australia hizo el resto. Precisamen­te en la ceremonia de entrega de trofeos en Melbourne, Barty se mostró tal y como es. La mezcla de discreción, humildad y su condición de aborigen la convirtier­on en la gran referente de su país.

No es la primera vez que Barty se despide del tenis. En 2014, después del Abierto de Estados Unidos, decidió abandonar la raqueta. Fueron dos años en los que se dedicó al cricket, se aficionó al golf y encontró que la vida era mucho más que golpear una pelotita verde. En 2017 sumó su primer título y la explosión llegó en 2019 con el título en Roland Garros y el torneo de Maestras. Ese año se convirtió en la primera jugadora de la historia que acaba como número uno sin estar incluida en el top 10 en el final del ejercicio anterior. La victoria victoria en el pasado Wimbledon fue la culminació­n del gran sueño de toda su vida. Lo sucedido en Melbourne hace menos de dos meses la bastó para el paso definitivo.

Su trono ahora queda libre y la lista de candidatas es casi interminab­le. La polaca Swiatek, la griega Sakkari, la checa Krejcikova, la bielorrusa Sabalenka, la estona Kontaveit y dos españolas. Garbiñe Muguruza y Paula Badosa forman parte del cupo de aspirantes a suceder a Barty.

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EUROPA PRESS Ashleigh Barty, australian­a, se despide con 3 Grandes y 114 semanas seguidas como número uno

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