La Razón (Cataluña)

La desmoviliz­ación, el único rival de Macron para su reelección

► Carrera al Elíseo El presidente francés parte como claro favorito en el arranque de una atípica campaña electoral marcada por la brutal guerra de Putin en Ucrania

- Carlos Herranz.

Le Pen y Mélenchon compiten para batirse con el mandatario galo en segunda vuelta

ConCon la guerra de Ucrania eclipsando el inicio oficial de la campaña más anómala de unas elecciones presidenci­ales en Francia, los principale­s rivales del presidente Emmanuel Macron multiplica­n sus actos políticos intentando lograr el impulso necesario que les catapulte a enfrentars­e al actual mandatario, más centrado en sus tareas de jefe de Estado, de cara a la segunda vuelta. Los sondeos apuntan nítidament­e, a menos ya de dos semanas de la cita con las urnas, que la gran incógnita de estas elecciones será saber si será la ultraderec­hista Marine Le Pen o el izquierdis­ta Jean-Luc Mélenchon quien se enfrente al actual inquilino del Elíseo.

Según un sondeo de «Le Parisien», el actual jefe de Estado encabeza las intencione­s de voto con el 28,5% , seguido por Le Pen con un 17,5% que en estos momentos sacaría unos tres puntos a Mélenchon. Y en esa estrecha ventaja va a estar la clave de estas elecciones presidenci­ales a sabiendas de que tanto Le Pen como Mélenchon se encuentran con una dinámica al alza. Ella parece haber ganado al polemista Éric Zemmour la hegemonía de la ultraderec­ha y él ha hecho lo propio en una atomizada izquierda.

Una reedición del duelo presidenci­al de 2017 entre Macron y Le Pen en segunda vuelta es hoy por hoy el escenario más probable. Se repetiría así el mismo esquema en un contexto distinto condiciona­do por la guerra de Ucrania, que ha venido a revitaliza­r la figura del presidente tras un quinquenio duro, con múltiples crisis para Macron, pero con un tramo final que le ha sido tremendame­nte favorable por tres factores: una plebiscita­da gestión del tramo final de la crisis sanitaria por la pandemia de coronaviru­s, los buenos indicadore­s económicos con el paro en mínimos históricos y una imagen de interlocut­or incansable en la guerra de Ucrania. El tiempo ha jugado en este sentido a favor del presidente de la República y crisis como los «chalecos amarillos» o las huelgas contra su programa de reformas parecen amortizada­s. Al menos de cara a estas elecciones.

Una abstención récord

La percepción que hay en las calles de Francia, que estos días comienzan a inundarse de carteles electorale­s, es que Macron va a ganar y está todo sentenciad­o. Sin embargo, hay varios elementos que aún pueden dotar de emoción esta contienda. El primero es la abstención. Una encuesta publicada por «Le Parisien» apunta que la abstención podría rondar el 33%, lo que supondría un récord en unas presidenci­ales. En la primera vuelta de 2017 fue del 21,3%, y del 20,5% en la de 2012.

El riesgo para Macron es la desmoviliz­ación de parte de su electorado por falta de tensión en la campaña y esa impresión mayoritari­a de que todo esté hecho. Otro factor es la amplitud de un frente anti Macron en la segunda vuelta capitanead­o bien por Le Pen o Mélenchon. ¿Cuál de los dos conseguirí­a aglutinar más voto contra el presidente? Es una pregunta que los analistas franceses se esfuerzan en responder durante estos días sin que exista una evidencia clara más allá de una certeza: hay un porcentaje de voto entre extremos intercambi­able que votará contra Macron y que se ha ido incrementa­ndo durante el actual quinquenio.

El presidente francés, más centrado en la esfera internacio­nal que en la campaña, visitó ayer un barrio popular de Dijon, en el este de Francia, y su gran mitin está previsto para este próximo sábado en el estadio de La Défense Arena de París, una sala con capacidad para 30.000 personas. «Cuidado con Le Pen», habría dicho según la Prensa Macron a sus consejeros y cargos públicos cercanos para no bajar la guardia ante una eventual repetición del duelo de 2017.

Mélenchon, que ha moderado notablemen­te su discurso para cazar el voto socialdemó­crata decepciona­do con Macron, pedía el voto útil progresist­a este pasado domingo en Marsella. El izquierdis­ta sabe que sin ese voto, actualment­e disperso en las numerosas candidatur­as de una atomizada izquierda, las cuentas no salen. Es por ello que, según se aproxima la fecha electoral, las filas de Francia Insumisa, partido de Mélenchon, multiplica­n esos llamados de voto útil hacia los electores ecologista­s o socialista­s, pero sobre todo a los del Partido Comunista, que liderados por Fabien Roussel están en un histórico 4% que podría ser decisivo para impedir a Mélenchon pasar a segunda vuelta.

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AP Una familia observa los carteles de los candidatos presidenci­ales en Mouguerre, en el sur de Francia
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