El mundo de la edición despide a Mario Muchnik
El editor que trajo a España a Primo Levi y Elías Canetti fallece a los 91 años
Ha desaparecido uno de los grandes hombres vinculados a la edición y la literatura. Su nombre siempre estará ligado a autores esenciales del siglo XX como el escritor Primo Levi, el viajero Bruce Chatwin o el intelectual Elías Canetti, de quien era su editor en nuestro país cuando él recibió el Premio Nobel de Literatura. De talante conversador y persona dotada de múltiples vocaciones, Mario Muchnik fue siempre un recodes. nocido editor, escritor y fotógrafo. Había nacido en Argentina, aunque su ascendencia era rusa, y se licenció en Ciencias Físicas. El destino, sin embargo, decidió que ni ese país ni esa carrera acabaran siendo su asentamiento definitivo, ni en el plano físico ni en el laboral. Mario Muchnik, que falleció el pasado domingo a los 91 años y cuya desaparición ha teñido de luto el mundo de las letras, terminó encontrando su domicilio en España y sus pasos en la carrera de la edición. Su muerte ha despertado emotivos comentarios en las reLa reLa Casa de América puso en sus redes sociales. «Adiós, Mario Muchnik. Lamentamos la pérdida del editor argentino. Muchnik estaba afincado en España y tuvimos la suerte de que compartiera en Casa de América su trabajo editorial y también fotográfico. Que la tierra te sea leve».
Muchnik quedó marcado siempre por la sombra de su padre, Jacobo (1907-1995), una personalidad fuerte, de muchos arraigos culturales, que fue un publicitario y editor (cofundador con Víctor Seix de Difusora Internacional) que era conocido por los encuentros entre escritores que se celebraban en su domicilio privado, donde artistas y literatos, entre ellos dos autores de renombre, como Borges y Sábato, acabaron por despertar su amor por la literatura y la palabra escrita. La familia de Muchnik, que era de principios, emigró a Nueva York, al llegar Perón al poder.A partir de ahí fue testigo de muchos acontecimientos del siglo XX, como el Mayo francés. Comenzó a sobresalir cuando inició una carrera como editor profesional independiente. Su sello Muchnik Editores, que sobrevivió entre 1973 y 1987, se convirtió en una referencia. Su inquietud como editor no le alejó de la escritura y publicó «Michelangelo» (1975), «Mundo judío. Crónica personal» (1983), «Mundo judío» (1985), «Un bárbaro en París» (1986), «Albert Einstein» (1989) y «Para mis amigos libreros» (1993). Se declaraba judío no creyente, transgresor y nunca dentro del judaísmo tradicional.
Su padre organizaba reuniones con autores como Jorge Luis Borges o Ernesto Sábato