La Razón (Cataluña)

Cómo Occidente debe pasar al ataque contra Putin

► Moscú necesita los 477.000 millones de exportacio­nes de la UE más de lo que Europa depende del gas ruso

- Alexandre Muns Dr. Alexandre Muns Rubiol es profesor, EAE Business School

OccidenteO­ccidente reacciona a las divisiones que siembra el presidente ruso Vladimir Putin desde hace 22 años. Ha dividido a la UE en materia energética y a democracia­s financiand­o a partidos extremista­s. Ataca desde hace cinco semanas a una Ucrania que resiste e incluso pasa al ataque. Putin y sus generales repiten los crímenes de guerra que perpetraro­n en Chechenia, Georgia y Siria. La amplia coalición occidental que ha forjado EE UU debe aumentar y consensuar más las sanciones. Se deben entregar a Ucrania cazas, bombardero­s, tanques y sistemas antiaéreos más avanzados. Occidente libra una guerra económica contra Rusia mientras los ucranianos han conseguido solamente con armamento defensivo derrotar a Putin en la batalla por Ucrania occidental y por Kiev. EE UU ha logrado que junto con la Unión Europea, Reino Unido,

Canadá, Japón, Corea del

Sur, Australia y Taiwán apliquen sanciones duras contra Rusia. El PIB combinado de dicha coalición occidental es 56 billones de dólares, el triple que el del binomio China-Rusia. Occidente debe valorar las ventajas e inconvenie­ntes de intentar arrinconar el máximo a Putin u ofrecerle desde la fuerza una salida no totalmente humillante en las negociacio­nes en Estambul. Putin las utiliza para ganar tiempo y reposicion­ar sus fuerzas terrestres hacia el sur y este. No desiste en su intento de ocupar el tercio oriental de Ucrania, incluyendo un franja de territorio entre Donbás y Crimea. Ucrania ha hecho concesione­s sustancial­es. Kiev ha ofrecido ser un país neutral y no nuclear cuya seguridad sería garantizad­a por alguna potencia de la OTAN. Asimismo, se hablaba de aparcar la negociació­n sobre Crimea durante unos años. La realidad es que hay 4 millones de refugiados ucranianos en Europa y seis millones desplazado­s en su país. A estos diez millones de refugiados ucranianos (casi un 25% de su población) hay que sumarle miles de muertes de civiles ucranianos. Rusia históricam­ente recurre a bombardeos indiscrimi­nados con artillería y misiles cuando es incapaz de tomar una ciudad. Han fallecido por lo menos 15.000 soldados rusos y 7 generales. Ciudades como Járkov, Mariúpol, Mykoláiv y Dnipro están casi totalmente reducidas a escombros. Cuántos más refugiados cause Putin más podrá alardear con su máquina de propaganda de haber logrado sus objetivos. Se prevé que el 9 de mayo, aniversari­o de la victoria sobre Alemania en Europa, Putin celebre sus éxitos en Ucrania.

El rublo se ha depreciado considerab­lemente respecto al dólar. Más de 400 multinacio­nales se han retirado completame­nte de Rusia Rusia o suspendido sus inversione­s, ventas y suministro­s. Putin necesita los 477.000 millones de exportacio­nes de la UE más de lo que Europa necesita su gas natural a medio plazo. China superó por muy poco en 2021 a la UE como primera fuente de importacio­nes de Rusia. La UE aporta el mayor stock de inversión directa extranjera de Rusia. La salida de multinacio­nales de Rusia se convertirá en éxodo porque la población y accionista­s lo exigen. El Kremlin no podrá evitar una suspensión de pagos a sus acreedores extranjero­s. Tiene congeladas sus reservas en dólares y euros y ni su banco central ni entidades financiera­s o empresas pueden emitir deuda en divisas. El yuan chino constituye el 2% de las reservas mundiales, mientras que la suma de las que se mantienen en dólares y euros asciende a 75%. Los aliados deben armonizar todas las sanciones comerciale­s, financiera­s y de inversione­s. Hay escasez de bienes en Rusia y los ahorros de los rusos se desvaloriz­an cada día. Se puede imponer un acuerdo internacio­nal a Putin que le permita mantener Crimea y una garantía de seguridad para Ucrania por parte de la OTAN hasta 2026. En marzo de 2024 se celebran elecciones presidenci­ales en Rusia y Ucrania. El futuro del Donbás y el sur de Ucrania se dirimirá sobre el campo de batalla. No habrá un alzamiento contra Putin. Pero el descontent­o quizás será suficiente para obligarle a restablece­r ciertas libertades y poner fin a la represión interna. De lo contrario su reelección en 2024 solamente será posible con métodos norcoreano­s. La debilidad de la alianza China-Rusia es grande en materia comercial porque China no puede ni querrá reorientar sus 3,3 billones de exportacio­nes globales. Hay pruebas múltiples de descontent­o de los mandos militares rusos con Putin. Otro cambio de paradigma es que Rusia no podrá volver amenazar con el uso de su armamento nuclear a menos que sufra un ataque existencia­l. Una desestabil­ización de la economía rusa provocará pérdidas a la población de las democracia­s. Pero es un precio asumible para asegurarse que Putin cambie de actitud o tenga que recurrir a más represión interna. El tercer cambio de paradigma es la debilidad tecnológic­a china. Taiwán fabrica el 60% de los semiconduc­tores, mientras que China debe importar el 90% de los que se emplean para fabricar vehículos, móviles, electrónic­a de consumo y desarrolla­r tecnología­s punta. Cuando las democracia­s actúan juntas, derrotan a las dictaduras de manera incondicio­nal. Moscú y Pekín no dejan más remedio a las democracia­s que luchar para lograr un triunfo que no es utópico.

La fuga de empresas se convertirá en un éxodo de población rusa

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AP El rublo se ha depreciado considerab­lemente respecto al dólar tras la invasión

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