La Razón (Cataluña)

Pagar piso, luz, gasolina y compra ya es un lujo

► El sector del gran consumo ha registrado un aumento de precios del 13% en marzo

- Inma Bermejo.

Dos de cada tres hogares reconocen ya que tienen dificultad­es para llegar a fin de mes

La inflación desbocada, con el precio de la luz, los carburante­s y los alimentos disparado por los efectos de la pandemia y de la guerra, ya pasa factura a las familias. Asumir gastos básicos como la vivienda, los suministro­s, la alimentaci­ón y el transporte se ha convertido en una verdadera odisea para dos de cada tres españoles, que llegan justos a fin de mes, según el índice de solvencia familiar de la OCU.

Teniendo en cuenta que el análisis de la OCU se realizó con datos correspond­ientes a finales de 2021 –cuando el IPC se situó en el 6,5% interanual–, el escenario actual al que se enfrentan los hogares es todavía más desalentad­or, debido a los efectos de la guerra, que ha empujado la inflación hasta el 9,8%, su tasa más alta desde 1985. En consecuenc­ia, la solvencia familiar, que se expresa del 1 al 100, ha sufrido un grave desplome.

En la primera edición del estudio, en 2018, el índice de solvencia familiar medio en España se situó en 46,2 (sobre 100). A partir de ahí, mejoró en años sucesivos: 48, 7, 52,5 en 2020... y ahora sufre un nuevo desplome: el Índice OCU de solvencia familiar es 47,9. De esta manera, solo una de cada tres familias encuestada­s supera el umbral de la situación «holgada», mientras que hay un 8% de los hogares españoles que pasa por serias dificultad­es económicas. Esto implica que dos de cada tres hogares (66%) tuvieron dificultad­es para ahorrar dinero el año pasado.

Para 2022, se prevé que el ahorro caiga, pero no por un aumento del consumo, sino por la inflación. Esta espiral inflacioni­sta obliga a los hogares a hacer malabares con su sueldo, pero para muchos hay gastos que se les atragantan. A un 43% les es complicado el pago de los suministro­s de gas, luz y agua, y a un 31% la compra de alimentos básicos como la carne y el pescado. La adquisició­n de alimentos es muy complicado para un 8% más de hogares que en 2020. Acudir al dentista o a la óptica supone un importante esfuerzo económico casi imposible, al igual que los gastos relacionad­os con el coche.

Entender estas cifras es más fácil cuando se comparan con estas otras. La electricid­ad registró en marzo su precio más caro de la historia, con una media de 283,30 euros por megavatio hora (MWh), es decir, 44,13 euros más que el promedio de diciembre de 2021, el hasta ahora mes más caro de la historia con 239,17 euros/MWh. Asimismo, el precio medio es un 41,5% más caro que los 200,22 euros/ MWh de febrero y un 523,32% más caro que en marzo de 2021 (45,45 euros de media).

Por su parte, los carburante­s también siguen la senda alcista por el parón en los flujos que llegan desde Rusia, sobre todo, en el caso del gasóleo. Llenar un depósito medio de gasolina de 55 litros cuesta ahora en torno a 100,1 euros, unos 27,5 euros más que hace un año, mientras que en el caso de repostar con gasóleo asciende a unos 101,2 euros, unos 36,3 euros más que en la misma semana de 2021.

Los alimentos también son cada vez más un lujo que un básico. El sector del gran consumo en España ha registrado, en las semanas del 6 al 20 de marzo, un aumento en valor del 12,9% con respecto al mismo periodo del año pasado, según datos de la consultora Kantar. Entre las categorías que más han notado este aumento destacan; el aceite, que ha incrementa­do su precio en un 303% con respecto al mismo periodo de 2021; la pasta, que se ha encarecido un 183%; y los arroces y la leche, con un aumento de precio del 181% y del 145%.

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