De Miami a Miami: un año de locura
► El Masters 1.000 de Florida fue el primero que jugó Alcaraz, en 2021, y el primero que gana
Carlos Alcaraz no corre, vuela. Pero no porque quiera ir demasiado rápido, está dando los pasos correctos, fantásticamente asesorado por su equipo, que encabeza su entrenador Juan Carlos Ferrero, pero los resultados le llevan más lejos de las metas que se va marcando. El proyecto de buen jugador al que apuntaba se ha acelerado con la llegada a la élite, que es donde la mayoría suele tener una época en la que se estanca. El murciano jugó su primer partido ATP en 2020, en Río, con sólo 16 años, y ganó a Albert Ramos. Después, siguió aprendiendo y creciendo en Challengers ese mismo curso, para al siguiente empezar a pegarse con los «mayores» con más asiduidad. Su último año ha sido una locura: de Miami a Miami para que el novato se convierta en el temido. Porque justo el Masters 1.000 de Florida, en 2021, fue el primer torneo de esta categoría que disputó Alcaraz y un año después ha vuelto para conquistarlo ya transformado en otro jugador, aunque al mismo tiempo con mucho que aprender por lo joven que es.
La temporada pasada recibió una invitación para estar en Miami gracias a su proyección y a la gestión de su mánager, Albert Molina. Ya había jugado el cuadro final del Open de Australia después de superar la fase previa y un confinamiento extremo por el covid. En su estreno allí en ese 2021 acababa de entrar en el «top 100» (era el 94 del ranking), y perdió en primera ronda ante el finlandés Ruusuvuori. Y desde ahí hasta el cielo: dos rondas superadas en Roland Garros; el primer título, el ATP 250 de Umag; los cuartos de final del US Open, derrotando por primera vez a un «top 10», Tsitsipas; la lección de París-Berçy, donde perdió contra el local Gaston con todo el público en contra y le pudo la presión, un trago que todos han pasado; la conquista de las ATP Next Gen Finals, el Masters de menores de 21 años que se le quedó pequeño; la dura pretemporada para el que podía ser su primer gran año... Y que lo está siendo: sólo lleva dos derrotas, contra Berrettini en el Open de Australia y contra Nadal en las semifinales de Indian Wells; ha debutado en la Davis sin temblar y ha levantado dos títulos, siempre hacia arriba, el ATP 500 de Río y ahora el Masters 1.000 de Miami. Sólo ha necesitado siete participaciones en este tipo de competiciones (las segundas en importancias después de los Grand Slams) para llegar a la final... Y, además, ganarla. Nadal accedió al último partido al noveno intento, justo en Miami, pero fue superado por Federer. El suizo necesitó 19 participaciones en Masters 1.000 para disputar una final, que perdió contra
André Agassi. Djokovic alcanzó el duelo definitivo a la décima, en Indian Wells 2007, pero no pudo con Nadal. Eso los mejores. Entre los tenistas del momento, Medvedev peleó por el título en su Masters 1.000 número 20, derrotado por Nadal en Toronto 2019. Zverev se fue al 14, y sí lo ganó, a Djokovic en Roma 2017. Tsitsipas iguala en precocidad a Alcaraz, pues lo consiguió en el séptimo, para perder contra Nadal en Canadá 2018.
Alcaraz se había propuesto en 2022 ser «top 10» (empezó el año el 31) y eso lo ha conseguido en tres meses. Es ya el undécimo en la clasificación ATP y con la gira europea de tierra para entrar entre los elegidos. Además, enamora por su forma de jugar.
Carlos se propuso ser «top 10» en 2022. En tres meses se ha colocado el 11 del mundo
Solo ha necesitado siete Masters 1.000 para llegar a la final, menos que Nadal, Nole o Roger