La Razón (Cataluña)

Un cuento de hadas

A los 32 años y después de 284 carreras, Aleix Espargaró consigue la primera victoria de su vida

- José Manuel Martín. MADRID

El triunfo de Aleix Espargaró en Argentina no es uno cualquiera. Por eso, lo primero que hizo al cruzar la meta fue parar la moto y soltar unas lágrimas. Ese llanto significab­a muchas cosas, porque después de 284 carreras en todas las categorías y 200 en la clase reina, el mayor de los Espargaró conseguía la primera victoria de su vida. Un día histórico para él, porque no todos los pilotos explotan a los 16 años y son genios a los que les quitas el chupete y ya saben subirse al podio.

Aleix ha tenido un camino más largo y callado en la élite, donde ha ido poco a poco haciéndose un hueco y dando pasos adelante sin tener la mejor moto.

A los 32 años ha alcanzado la cima a la que otros llegan con 17, y quizá por eso le supo tan bien. Para el motociclis­mo empieza a ser un veterano, pero a cambio de eso puede disfrutar de este deporte mientras forma una familia. Siempre que puede viaja a los circuitos con su mujer, Laura, y sus hijos, Max y Mía; pero el viaje a Termas de Río Hondo supone 30 horas de avión desde España. Por eso esta vez se quedaron en casa y se ha acordado de ellos cada vez que tenía un micrófono delante. Lleva esos tres nombres en la visera del casco y antes de subirse al podio ya habló con ellos por videollama­da. A su hermano lo tiene siempre en los circuitos, y

Pol, que se había caído unas vueltas antes, lloró en el box del Repsol Honda cuando el primogénit­o pasó la bandera de cuadros.

«Me ha costado mucho tiempo llegar hasta aquí, es un momento muy especial, tenía mucha presión, porque todos me decían que iba a ganar por el ritmo que tenía. Pero no ha sido fácil, me ha faltado grip y no podía pilotar como quería», decía el protagonis­ta del día, que no falló y cumplió con los pronóstico­s. Se lo puso difícil Jorge Martín, que aprovechó su mejor salida para ponerse delante e intentar escapar. Aleix salió peor, pero se colocó a la rueda del de Ducati para ir buscando su momento. A falta de cuatro vueltas y media completó el adelantami­ento que se la había resistido dos veces al final de recta y entonces agarró con fuerza la victoria que buscaba. Abrió un pequeño hueco y el resto ya fue disfrutar. «Estoy muy feliz, no me lo acabo de creer, ha sido un fin de semana tan bueno que todos me decían que iba a ganar y nunca había gestionado algo así. Han sido muchos años sufriendo, la noche anterior me decía a mí mismo que lo disfrutara y estuviera tranquilo y lo he conseguido», explicaba en Dazn Aleix, que se acordó de sus padres. «Dedicarle la victoria a ellos, a Ana y Genís, sus esfuerzos ya habían valido la pena al tener a dos hijos aquí y dos familias preciosas, pero ahora tienen además dos ganadores y va para ellos».

Aleix es ahora líder del Mundial después de tres carreras en las que ha habido nueve pilotos diferentes en el podio. El campeonato está más abierto que nunca a la espera de Marc y el mayor de los Espargaró reclama su derecho a seguir ampliando el sueño.

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EFE Aleix Espargaró celebró a lo grande su triunfo en Termas de Río Hondo

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