Aragonès frena el órdago de Junts para torpedear el pacto del catalán
► Defiende la reforma para dar respuesta a la Justicia y esquivar el 25% de castellano y apela al consenso, aunque recuerda que Torra acató 13 sentencias del bilingüismo
Subraya que el catalán «no puede ser de parte» ni solo de los independentistas en un guiño al PSC
Pere Aragonès aprovechó la comparecencia sobre la crisis derivada de la guerra en Ucrania para hacer una especie de balance sobre la gestión de su Ejecutivo cuando se cumple un año de la llegada de Esquerra al frente de la Generalitat. Entre las cuestiones pendientes destaca la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que tumba la inmersión al fijar un mínimo del 25% en castellano y que el Govern sigue desobedeciendo. Como respuesta, el departamento de Educación remitió a la Justicia la reforma de la ley de política lingüística pactada en el Parlament entre ERC, PSC, Comunes y Junts –de la que el partido de Puigdemont se ha descolgado– , una especie de aval que el Ejecutivo catalán quiere usar para esquivar el 25%.
«Todo aquello que no regule el Govern, nos vendrá regulado por los tribunales», aseguró Pere Aragonès blindando el acuerdo logrado con PSC y Comunes para flexibilizar de alguna manera la inmersión –dependiendo del entorno socioeconómico de los centros y de su realidad lingüística–, dotar al castellano de categoría de «lengua de aprendizaje» por primera vez y como referencia del PSC aunque, eso sí, seguir priorizando de manera absoluta el catalán al no fijar porcentajes tal como marca la justicia.
«Hay que evitar que la orden de un tribunal fije cómo aprenden catalán nuestros hijos. Lo tenemos que decidir nosotros. Lo que no regulemos nosotros lo regularán los tribunales. Hagámoslo nosotros con el objetivo de garantizar el aprendizaje y el uso del catalán», avisó en rueda de prensa posterior al Consell Executiu.
El president apeló a la unidad en varias ocasiones y reiteró la necesidad de contar con el consenso más amplio posible antes de mandar un claro aviso a Junts: el pacto es imprescindible y nadie sobra en él en referencia a las críticas de los sectores más radicales del independentismo hacia los socialistas. De hecho, Aragonès pidió «no llamar a desobediencias retóricas» y se dirigió a su antecesor en el cargo para recordarle que «durante la presidencia de Torra» hubo 13 sentencias que imponían el 25% de castellano en otros tantos centros «y se cumplieron todas». Un mensaje directo ante las críticas de Torra por el pacto del catalán.
«Se cumplieron todas, no hubo ninguna orden de desobedecer. Y esto no fue por la falta de coraje independentista, sino por las dificultades que teníamos», replicó el president recalcando que el acuerdo entre el PSC, ERC, JxCat y los comunes para modificar la Ley de Política Lingüística «es un paso adelante para recuperar la capacidad decisoria del Parlament» en esta materia.
«En esta cuestión tenemos que ser honestos y decir la verdad, no hacer proclamas vacías, priorizar la salud de la lengua y el aprendizaje en las escuelas, y no llamar a desobediencias que solo acaban siendo retóricas», abundó Aragonès en una cadena de reproches inédita al entorno posconvergente. Pese a ello, el president trató de mantener el equilibrio al llamar en varias ocasiones a la unidad: «La forma en que demos respuesta al problema del catalán en la escuela nos jugamos la idea de Cataluña como nación», aseguró en una apelación directa a Junts para que no se descuelgue y se quede fuera definitivamente del pacto.
En ERC se abren a pequeñas modificaciones de aquí a finales de abril –cuando se votará en el pleno– para evitar que los posconvergentes queden fuera. Tampoco quiere Aragonès perder ni al PSC ni a Podemos, por lo que entafizó que el catalán «no puede ser una lengua de parte» ni únicamente de los independentistas, y el consenso lingüístico debe incluir a socialistas y comunes.