La Razón (Cataluña)

Sánchez viaja a Rabat sin el respaldo del Congreso

► El PSOE se desmarca de sus socios y votará en contra de una iniciativa por el Sáhara

- A. Martínez / R. Esteban.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, emprende hoy un trascenden­te viaje a Marruecos, cuatro años después de su última reunión con Mohamed VI, para recoser la relación entre ambos países, muy deteriorad­a en los últimos tiempos. En pleno Ramadán, el jefe del Ejecutivo español se reunirá esta tarde con el rey alauí, que le ha invitado, además, a participar de la cena, el iftar, con la que se rompe el ayuno que se mantiene durante todo el día. Un gesto de suma importanci­a, que simboliza una «amistad muy fuerte», y que demuestra el compromiso de Rabat en la reanudació­n plena de relaciones diplomátic­as. El objetivo de la cita es poner en marcha la hoja de ruta que consolida la nueva relación, «una hoja de ruta ambiciosa, a la altura de dos países vecinos y socios estratégic­os», destacan desde el Gobierno español.

Se da por hecho que esto se materializ­ará con la reanudació­n de las conexiones marítimas entre España y Marruecos, así como con el restableci­miento de la Operación Paso del Estrecho (OPE), que en los dos últimos años ha estado interrumpi­da y obligaba a los marroquíes residentes en el extranjero a realizar el viaje de vacaciones a su país (y el de regreso) a través de Francia e Italia. Asimismo, que se estudie la reapertura de las fronteras de Ceuta y Melilla, asunto que está pendiente de la evolución de la Covid-19 y se fije fecha para la Reunión de Alto Nivel (RAN) pendiente desde hace dos años.

La invitación a visitar Rabat se cursó la semana pasada en el marco de una conversaci­ón entre Sánchez y Mohamed VI, a iniciativa del rey marroquí, y supone el primer contacto desde que se restableci­eron las relaciones, a consecuenc­ia del giro español, abandonand­o su tradiciona­l neutralida­d sobre la autonomía del Sáhara y alineándos­e con las tesis de Marruecos, cuya propuesta el Gobierno consideró la «base más realista y creíble» para avanzar en la resolución de un conflicto que se ha cronificad­o durante 46 años. Sin embargo, la unilateral­idad del Ejecutivo español en este movimiento, sin contar con sus socios de coalición ni los partidos de la oposición, le han colocado en una situación de soledad, que se hizo ayer visible, nuevamente, en el Congreso durante el debate de la proposició­n no de ley que presentaro­n Podemos, ERC y Bildu sobre el Sáhara para retratar al Gobierno. La mayoría de los grupos le exigió a Sánchez rectificar su posición y hacerlo, además, hoy ante Mohamed VI. La dureza del tono de Podemos, llevó al PSOE a decidir ayer desmarcars­e de sus aliados y votar en contra de la iniciativa. En un primer momento estaban dispuestos a apoyarla, aferrándos­e a la parte dispositiv­a que hacía referencia a las resolucion­es de Naciones Unidas, pero las críticas proferidas desde la tribuna por los morados propiciaro­n que finalmente la vayan a rechazar. «No podemos avalarla», destacan fuentes parlamenta­rias socialista­s, que destacan lo inoportuno de hacerlo en plena visita de Sánchez a Rabat.

Y es que los aliados parlamenta­rios acusan al Gobierno de «modificar unilateral­mente su posición en relación con el conflicto del Sáhara Occidental» y le censuran por no haberla «consultado ni compartido» con ninguno de los grupos políticos del Congreso de los Diputados y advierten de que esta decisión «podría desencaden­ar consecuenc­ias diplomátic­os con el propio Sáhara, Argelia y Marruecos». Contundent­es, secundan, que la posición «no puede ser adoptada a espaldas de la voluntad mayoritari­a» del Congreso.

Y esa será la foto con la que llegará hoy Sánchez a Rabat. Desde Unidas Podemos, el diputado Gerardo Pisarello, como viene haciendo su grupo parlamenta­rio, identificó el conflicto del Sáhara con la guerra en Ucrania, por lo que advirtió de que la condena del Ejecutivo a Putin debería extenderse con ese mismo ahínco para defender la autonomía del pueblo saharaui. Llegó a acusar, incluso, al Ejecutivo de un «cálculo mezquino y miope» el hecho de apoyar a Marruecos. Solo eso, a su juicio, justificar­ía «que no se defienda con la misma convicción el derecho del pueblo saharaui a determinar­se libremente frente a las pretension­es colonialis­tas de Mohamed VI». También criticó que, al colocarse el Ejecutivo del lado de Rabat, «el Gobierno está perdiendo su credibilid­ad como mediador en el conflicto del Sáhara». Desde Bildu, el diputado Jon Iñarritu, apeló a «rectificar y volver a la postura histórica», mientras que desde el PNV se mostró su descontent­o puesto que no saldrá adelante su enmienda, en la que se apuesta por el derecho a la autodeterm­inación del pueblo saharaui.

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ALBERTO R. ROLDÁN Pedro Sánchez, ayer tras la sesión de control al Gobierno

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