Aval internacional para la auditoría eclesial de abusos... (Carmena incluida)
► El bufete contratado por los obispos crea un equipo transversal con 28 expertos
En seis semanas han llegado al despacho de abogados menos de 50 denuncias
Ni una sola rendija –o las menos posibles– que pueda cuestionar la independencia o el rigor de la auditoría encargada por los obispos españoles para radiografiar la crisis de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia. Es la sensación que deja al rastrear el currículum de los 28 profesionales, lo mismo de la abogacía que de la psicología, fichados por el bufete Cremades&Calvo Sotelo.
El presidente del despacho de abogados, Javier Cremades, presentó ayer «un equipo competente y plural» con una «idoneidad técnica y profesional» desde «ángulos, perspectivas e ideologías distintas». Entre los nombres que puso sobre la mesa, se encuentran los abogados responsables de los aplaudidos informes de la Iglesia alemana y el presidente de la comisión eclesial antiabusos portuguesa. También han incorporado el letrado que representó a las primeras víctimas argentinas. Como colaboradores externos, han fichado otras personalidades mediáticas como la ex alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, o el periodista Juan Luis Cebrián. La mayoría trabajarán de forma voluntaria, mientras que otros recibirán una compensación, pero «por debajo del precio de mercado».
Sobre los pasos dados hasta ahora, el coordinador de la auditoría desveló que hasta la fecha han recibido cerca de medio centenar de denuncias por los cauces abiertos. De ellas, un 70 por ciento serían casos nuevos no rastreados previamente por diócesis o congregaciones.
Además, Cremades expuso que ya se ha reunido «prácticamente con todas las asociaciones e instituciones» que representan a las víctimas con el fin de escuchar sus demandas de «justicia, reparación y verdad». Solo habrían encontrado un ‘no’ rotundo en Infancia Robada, a pesar de haber abierto varios cauces de contacto: « Respetamos profundamente lo que dicen y lo que hacen y estamos siempre abiertos a que participen en este proceso cuando quieran».
Tal y como manifestara en su primera comparecencia hace seis semanas, el letrado reiteró su compromiso con la futura comisión del Defensor del Pueblo. «No estamos aquí para competir, sino para colaborar», sentenció a la vez que elogió a Ángel Gabilondo, con el que mantiene un diálogo fluido.
De la misma manera, confesó no haber encontrado reticencia en los obispos para colaborar y abrir sus archivos. Es más, tiene «la promesa de acceso» y así lo ha constatado en los que se han puesto en contacto con él por propia iniciativa. Véase, los pastores de Madrid, Santiago de Compostela y Málaga.
Eso sí, explicó que el trabajo de estos 28 profesionales finalizará con un informe histórico y recomendaciones a futuro en justicia restaurativa y prevención, pero subrayó que «no seremos nosotros quienes implementemos las medidas de reparación». «Esta tarea corresponde a la Iglesia católica», añadió, compartiendo dos interrogantes que sobrevuelan este primer acercamiento: cómo se va a afrontar esa reparación en términos económicos y el papel que han tenido los obispos para abordar los casos del pasado.
En el acto también intervinieron diferentes miembros del equipo de trabajo. El presidente de la comisión de Portugal, Pedro Strecht, subrayó la importancia de que «todas las víctimas hablen, especialmente las que se han mantenido fuera de todos los procesos».