La Razón (Cataluña)

Los últimos raquetazos de «Ali» Tsonga

► El francés, que sorprendió en 2008 con su tenis y su parecido al boxeador, se retira

- F. Martínez. MADRID

¿Aquello era un tenista o un boxeador? Era la viva imagen de Mohamed Alí, un físico idéntico, unos mamporros similares, aunque con una raqueta en lugar de con los puños, un parecido innegable. Y a Jo-Wilfried Tsonga le encantaba: «Alí es mi ídolo», respondía una y otra vez el tenista que estaba impresiona­ndo al mundo en 2008, en el Open de Australia. El jugador francés ya había tenido resultados interesant­es el curso anterior, pero ese, en el que cumplía 23 años, fue superando rondas de forma imparable en Melbourne. Empezando por Murray en la primera ronda y con un triunfo sorprenden­te en semifinale­s ante Nadal, que ya era número dos del mundo y había levantado tres Copas de los Mosquetero­s en Roland Garros y había sido dos veces finalista en Wimbledon. Ganó en tres sets seguidos (6-2, 6-3 y 6-2) al hombre que ese año terminaría haciendo historia con su cuarto éxito en París, destronand­o a Federer en Wimbledon, ganando el oro olímpico y llegando al trono de la ATP. Tsonga disputó su primera final de un Grand Slam ante un joven e inmaduro Djokovic, que saldría vencedor. El primero de sus 20 «Grandes», el anuncio de lo que estaba por venir después de dos años sin volver a ganar uno, para en 2011 ya convertirs­e en la máquina que es hoy.

También parecía que iba a ser la primera final de muchas de Tsonga en ese tipo de torneos, pero no volvió nunca a ese partido. En Australia 2010 gana a Djokovic en cuartos, pero cedió en semifinale­s ante Federer; en Wimbledon 2011, mismos protagonis­tas, pero al revés, remontó dos sets al suizo en cuartos, pero no pudo con el serbio; repite en 2012 en la penúltima ronda de Londres, frenado en esa ocasión por Murray. En las semifinale­s de Roland Garros 2013 le pudo Ferrer y en las de 2015, Wawrinka, a la postre campeón dando la campanada ante un Djokovic que parecía inabordabl­e. «Lo difícil con esta generación es que para ganar un Grand Slam, tenías que vencer seguidos, por ejemplo, a un jugador como Federer, Murray o Djokovic y luego a Nadal en el final», explicó Tsonga en una entrevista en Eurosport. Ha sido una de las víctimas del «Big 4», pero tampoco le da pena. «Estoy orgulloso de haber jugado contra ellos y soy de los pocos que los ha vencido muchas veces», añadía el tenista galo.

Pese a todo, ha hecho una carrera fantástica con 18 títulos, entre ellos dos Masters 1.000 y una Davis. Llegó a ser el cinco del mundo. Desde 2017 las lesiones le han torturado y con 36 años ha decidido parar. «Mi cabeza me dice que podría jugar siempre, pero el cuerpo no da para más», ha anunciado. «L’Équipe» ha desvelado dónde dará sus últimos raquetazos: Montecarlo, el Challenger de Aix en Provence, Lyon y Roland Garros para poner el punto y final.

Coincidir con Federer, Nadal, Djokovic y Murray le impidió ganar un Grand Slam

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REUTERS Tsonga, en una de sus últimas presencias en Wimbledon

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