La enfermedad silenciosa
MarzoMarzo cerró con una subida del indicador adelantado del IPC del 9,8%, cifra récord en los últimos cuarenta años. Esto influye sobre todo en las clases medias, aunque nos empobrece a todos, de ahí que pueda ser considerada como una enfermedad silenciosa. A pesar del incremento de los precios, y la pérdida de poder adquisitivo, el ciudadano promedio seguirá cobrando lo mismo por su trabajo, ya que el Estatuto de los Trabajadores no establece ninguna obligatoriedad de vincular una subida de los salarios al IPC, y son muy pocos los convenios colectivo s que suelenincluir cláusula s de revisión salarial vinculada sala evolución del índice general de precios. En cambio, todos seguimos pagando los mismos impuestos. De ahí que la recaudación de enero y febrero haya subido un 21,4% respecto al mismo periodo de 2021. Casi la mitad de ese incremento proviene del I VA. Como los ciudadanos no pueden dejar de adquirir los bienes y servicios básicos y necesarios para su vida cotidiana, uno de los grandes beneficiarios de esta gran escala de precios es Hacienda, ya que la inflación le ayuda a bajar el déficit.
Así, las medidas adoptadas por el Gobierno no son suficientes y se podría hacer mucho más, de forma rápida y eficaz, como podría ser la deflactación del IRPF, aunque históricamente sí han existido ciertos mecanismos similares. Si no se hace nada, cada vez más los contribuyentes pagarán más impuestos, ya que la configuración de este tributo no tiene en cuenta el incremento del coste de la vida.
Muchos críticos llevan años solicitando que, para compensar y mantener un equilibrio, los tramos del IRPF también suban a la par de la inflación( o en su defecto, se reduzcan de forma equivalente los tipos de gravamen), para que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo real en beneficio de Hacienda. Además, si los mínimos personales y familiares exentos no varían para ajustarlos a la inflación, cada vez serán más bajos en términos reales, lo que hará que los contribuyentes tributen más cuando realmente están ganando menos. A este efecto se le denomina «incremento de la fiscalidad en frío», porque no requiere de ninguna reforma tributaria y es una subida de impuestos encubierta.