Aragonès sueña con su «república» en el peor escenario independentista
► El presidente catalán ignora el creciente «no» en las encuestas y la división soberanista
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, defendió ayer una más que nunca hipotética república catalana como «la mejor propuesta para hacer avanzar el país, un proyecto para toda Cataluña, para toda su gente», y aseguró –en el acto de conmemoración de la proclamación de la república catalana por Francesc Macià en 1931– que su objetivo es mejorar la vida de la ciudadanía, su libertad y su felicidad.
Lo que ignoró Aragonès es que las relaciones entre los tres partidos independentistas, JuntsXCat, ERC y la CUP son, por decirlo de forma muy suave, insalvables y que las últimas encuestas indican un claro ascenso del «no» a la independencia.
El presidente de la Generalitat apostó por seguir «estirando el hilo rojo republicano» –sin gran base electoral ahora mismo–, y llamó a retomar el espíritu del expresidente catalán Lluís Companys para construir un futuro en clave republicana.
Aragonès definió el 14 de abril de 1931 como «un acto de soberanía inmenso fruto de la voluntad popular» y una proclamación a raíz de décadas de lucha y enfrentamiento a la dictadura de Primo de Rivera y al autoritarismo, afirmó. Sostuvo que suponía avanzar en una idea común de libertad y justicia, como dos elementos inseparables, y subrayó que ese día «todo, absolutamente todo, se veía posible» y se percibía como una etapa transformadora que convirtiese a Cataluña en una tierra próspera.
«Esta ilusión es también la que nos debe inspirar hoy», reclamó y defendió que este acto va más allá de la conmemoración de la proclamación de la república. Puso en valor que la Generalitat es la única institución cuya legitimidad le viene viene dada por el 14 de abril. Insistió en que ese reconocimiento debe servir para «volver a poner en valor la justicia, la libertad y la fraternidad como herramientas para construir el futuro». En ese sentido apostó por la igualdad, el compromiso feminista y la lucha contra el cambio climático como los pilares, y la lengua como una herramienta de cohesión y de progreso.
Por otro lado, para demostrar la división existente dentro del independentismo, el expresidente de la Generalitat Quim Torra (JxCat) consideró que en la actualidad «no hay ninguna hoja de ruta ni horizonte» para conseguir la independencia de Cataluña, a diferencia de 2015 momento en el que cree que sí que la había.
Puso en valor «la fuerza de la sociedad catalana, que en 2015 daba la sensación de que se iba a algún sitio», con respecto a la independencia, por lo que lamentó que en la actualidad esto no sea así, según él.
«Es necesario que la gente no se sienta decepcionada ni enfadada, sino que digan adelante. Hay muchas cosas por hacer si nos fijamos un horizonte. Lo que me duele es la situación actual de que parece que nos dicen que no puedes hacer nada y que tú a la jaula autonómica», añadió.
Preguntado por una eventual vuelta a Cataluña del ex presidente Carles Puigdemont, dijo que «puede ser un punto de inflexión» pero cree que para ello el independentismo debe prepararse y saber qué se hará. Por último, sobre el caso de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, de presuntas irregularidades cuando presidía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC), quiso mostrarle su apoyo y afirmó que «pone las dos manos en el fuego».
El expresidente Torra admite que «ahora no hay ninguna ruta para la independencia»