Intercambio de parejas en momentos de crisis
«El juego de las llaves» aborda los enredos sexuales de un grupo de amigos
Nada como un intercambio de parejas para superar la crisis de los cuarenta. Nada como la experimentación, el juego y el arbitrario divertimento de cuerpos distintos para intentar reactivar el poder nostálgico de la piel y de los años. Reconoce Vicente Villanueva, el director de la comedia «El juego de las llaves», que los modelos relacionales de los millenials, además de repetir inconscientemente los patrones de generaciones anteriores, le generan mucha curiosidad: «Cuando los jóvenes de ahora cumplan 40 años se descubrirán comportándose como sus padres. Siempre tengo la sensación de que las historias son cíclicas, también en el terreno sentimental. Todo depende de la edad que tú tengas en el momento en el que se desempñen las cosas» admite. En la cinta, Villanueva adapta la primera temporada de una serie mexicana homónima que narra las andanzas de un grupo de amigos con vidas personales estables y acomodaticias en términos sexo-afectivos que deciden jugar a un juego de intercambios orquestado por la pareja más joven de uno de los miembros del grupo. «Eran unos ocho capítulos de cincuenta minutos. Nosotros hemos conseguido condensar las peripecias de estas parejas en hora cuarenta y cinco. Es decir, hemos intentado ir a la esencia de la serie. Me ha divertido mucho hacer esto... sobre todo, tener que adaptarlo a nuestra idiosincrasia española, a nuestro rollo y nuestras costumbres. La verdad es que ha sido un reto muy disfrutable». Nombres como los de Miren Ibarguren, Tamar Novas, María Castro, Ricard Farré, Dani Tatay o Eva Ugarte componen el particular elenco de parejas protagonistas quienes, cansadas de la monotonía reinante en esta especie de crisol polimorfo que son las relaciones personales, intenta descubrir qué puertas le apetece abrir con la llave que le ha tocado.