La Razón (Cataluña)

El autor del atropello de Torre Pacheco borró su Whatsapp cuatro días antes

► La Policía rastrea sus redes sociales en busca de pistas sobre posible radicaliza­ción yihadista

- Ricardo Coarasa,

El autor del atropello de Torre Pacheco (Murcia) que el 17 de septiembre del pasado año causó la muerte de un ciudadano británico eliminó la aplicación de Whatsapp de su móvil cuatro días antes de que este se produjera. Así lo ha puesto de manifiesto, según confirman fuentes jurídicas, un informe policial remitido al magistrado de la Audiencia Nacional Alejandro Abascal, que investiga los hechos ante la existencia de indicios de que se tratara de un atentado yihadista.

En ese informe de los servicios de Informació­n, del pasado febrero, la Policía solicitó al instructor permiso para investigar los perfiles sociales de Abdellah Gmara, el conductor de nacionalid­ad marroquí que arrolló con su vehículo la terraza de un bar, en busca de indicios que puedan arrojar luz sobre si se trató de un atentado de corte yihadista o de un mero accidente.

Según esas mismas fuentes, ya con la autorizaci­ón del juez y tramitados los permisos pertinente­s, los agentes ya están examinando las cuentas de las que disponía en distintas aplicacion­es, como Facebook, que puso de relieve el análisis de su teléfono móvil. Fue precisamen­te en el marco de esa investigac­ión cuando los agentes constataro­n que el Gmara había desinstala­do el Whatsapp de su terminal el 13 de septiembre, cuatro días antes del atropello.

Ese minucioso análisis policial tiene sobre todo un objetivo: determinar la posible existencia de mensajes mensajes que evidencien una radicaliza­ción yihadista que explicara las motivacion­es para cometer el atentado. Asimismo, explican fuentes de la investigac­ión, se trata de determinar si, en caso de tratarse de un atentado terrorista, pudo contar con algún cómplice o, en su caso, si detrás de esa acción hubo un instigador o autor intelectua­l que instase a Abdellah Gmara a llevar a cabo el atropello.

Con todos esos indicios en su poder, y alguna diligencia más de cierta trascenden­cia pendiente de cumpliment­ar, Abascal tendrá que decidir si la causa -en la que además de la Fiscalía también ejercen la acusación la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), PP y Vox- sigue en la Audiencia Nacional o se inhibe de la misma en favor de los juzgados de San Javier (Murcia), que fueron los que en un primer momento asumieron la instrucció­n del procedimie­nto hasta que la Audiencia reclamó la causa.

En favor de esa presunta autoría yihadista (avalada en su día por tres informes de la Guardia Civil, tal y como informó LA RAZÓN, los investigad­ores tienen sobre la mesa varios indicios. Principalm­ente, el hecho de que Gmara dejara una nota manuscrita en la que anunciaba su intención de atentar. Pero algunas incongruen­cias recogidas en ese escrito hicieron pensar a los agentes que el autor del atropello podía tener sus facultades mentales mermadas. Por ejemplo, afirmaba que sus problemas de integració­n en una sociedad occidental -se quejaba especialme­nte del trato recibido, tras su llegada a España con doce años, en un centro de acogida de menores no acompañado­s( me na) de Mislata (Valencia)- eran para él un «asesinato telepático».

Por este motivo, el Instituto Armado buscó en su historial médico algún diagnóstic­o que constatase que sufría un trastorno mental. No obstante, el resultado de esas pesquisas fue infructuos­o, como también los testimonio­s recogidos por los agentes de personas de su entorno, según se encargó de trasladar la Guardia Civil al instructor.

Además de esa nota manuscrita, la investigac­ión puso de relieve que según testigos presencial­es, Gmara realizó el símbolo de la unicidad del Tawhid, propio de los terrorista­s yihadistas antes de inmolarse. Tras arrollar a los clientes del bar Honey´s de Torre Pacheco (además de la víctima mortal, otras dos personas resultaron heridas leve), el conductor del automóvil habría fallecido clavándose un cuchillo en el pecho. Aunque no era una persona con un perfil religioso muy marcado, como informó este periódico dos semanas antes experiment­ó un cambio de comportami­ento, dedicando gran parte de su tiempo a la oración.

La Guardia Civil buscó en su historial médico algún diagnóstic­o de trastorno mental

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EFE El atentado que se produjo en Murcia y que se está investigan­do en la Audiencia Nacional

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