El FMI se aleja 26.000 millones del crecimiento calculado por Moncloa
► Rebaja un punto su anterior previsión para 2022 hasta el 4,8%. El Gobierno mantiene aún su estimación del 7%
No hay semana durante los últimos meses que algún organismo internacional, servicio de estudios o institución financiera no rebaje en mayor o menor medida –más bien mayor– su previsión de crecimiento para España. En paralelo, el Gobierno mantiene aún de forma oficial su cálculo de un 7% de crecimiento para este año, aunque la estimación es ya tan inverosímil que el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anticipó este lunes que no iba a quedar más remedio que revisar esa cifra, obviamente a la baja.
El último en poner un palo en la rueda del crecimiento español ha sido el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ayer presentó su actualización de previsiones macroeconómicas, en el marco de su reunión anual de primavera junto al Banco Mundial, en Washington. Así, el FMI ha rebajado en un punto su previsión de crecimiento para España este año, que ahora calcula que será del 4,8%, y ha reducido también la de 2023 en medio punto, hasta el 3,3%, mientras que la inflación será del 5,3% y del 1,3%, respectivamente. El paro se reducirá en 1,4 puntos porcentuales durante este año, hasta el 13,4%, lo que supone una mejora respecto a la previsión anterior, cuando el FMI estimaba que no se alcanzaría esa cifra hasta pasado 2026. En 2023, el organismo estima que el paro será del 13,1%. En ambos casos se trata de los mejores datos anuales desde antes de la crisis de 2008.
Los ajustes del FMI para España están por debajo de los sufridos por el resto de grandes economías del euro. En el caso de Alemania, el FMI ha situado el alza del PIB en un 2,1% (1,7 puntos menos), mientras que Italia crecerá un 2,3% (1,5 puntos menos) y Francia, un 2,9% (seis décimas menos). No obstante, estos países partían de una situación mucho mejor que
España, que fue el país más afectado por la pandemia desde el punto de vista económico.
En cualquier caso, la situación final podría ser incluso peor, ya que el propio FMI admite que sus previsiones pueden haberse quedado ya viejas por la guerra. En este sentido, alertó de que sus proyecciones de crecimiento económico son «considerablemente» más inciertas de lo habitual a causa de la invasión rusa de Ucrania y admitió que incluso los eventos de los últimos días ya podrían haberlas modificado. «La incertidumbre de estas proyecciones es considerable, muy por encima del rango habitual. El crecimiento se podría desacelerar aún más o la inflación podría superar nuestras expectativas», indicó al presentar el informe el director del departamento de investigación del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas. Además, citó como ejemplo de algo que podría derivar en cambios significativos en las perspectivas una hipotética ampliación de las sanciones a Rusia por parte de los países europeos, que incluya sus exportaciones energéticas, como se debate en el seno de la UE.
El efecto de la invasión
Por otro lado, las economías de Rusia y Ucrania sufrirán profundas contracciones en 2022, según el FMI, que anticipa una caída del PIB ruso del 8,5% este año y del 35% en el caso del ucraniano. En su análisis, el Fondo señala que el grave colapso de Ucrania es el resultado directo de la invasión rusa, la destrucción de la infraestructura y el éxodo de su población, mientras que para Rusia, la contracción estimada refleja el impacto de las sanciones y la ruptura de los lazos comerciales, junto con una intermediación financiera interna muy afectada y la pérdida de confianza.
En el caso de Rusia, el FMI afirma que «las sanciones pueden inducir el desmantelamiento permanente de los vínculos comerciales y de la cadena de suministro, lo que implica pérdidas de productividad y eficiencia. Esto es más prominente en Rusia, donde se espera que la producción se mantenga por debajo de las proyecciones anteriores a la guerra en el mediano plazo».
Para Ucrania, advierte de que es imposible obtener datos precisos del daño a la economía, aunque asume que la guerra provocará una contracción muy severa, que para este año puede implicar un 35% del PIB, alertando de que el impacto negativo sobre la actividad económica del país perdurará durante muchos años.
La economía rusa caerá este año un 8,5% y la ucraniana se hundirá un 35% en el mejor de los casos El Fondo Monetario Internacional avisa que sus previsiones podrían ser ya viejas por culpa de la guerra