Un agente infeccioso detrás de la rara hepatitis
► Nuevos casos en Dinamarca, Irlanda y Países Bajos confirman las sospechas sobre un tipo de adenovirus
El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) confirmó ayer el diagnóstico de nuevos casos de niños menores de 10 años infectados por una hepatitis aguda severa de origen desconocido en Dinamarca, Irlanda y Países Bajos.
Este hallazgo se suma a los nueve casos – de niños entre 1 y 6 años registrados el lunes en Alabama, (EE UU), la mayoría de los cuales dieron positivo para el adenovirus 41, un subtipo que está asociado a cuadros de gastroenteritis, pero no a los síntomas que agudos que se han observado.
El ECDC apuntó a un «agente infeccioso» como la causa más probable de enfermedad. Así, señaló que «aunque por el momento se desconoce la causa exacta de la hepatitis en estos niños», en Reino Unido –donde se han producido la mayoría de los casos, 75 hasta la fecha– se considera que «lo más probable es una causa infecciosa basándose en las características clínicas y epidemiológicas de los casos que se están investigando». Asimismo, tampoco descartan una «posible exposición tóxica», aunque la información recogida a través de cuestionario a los casos sobre alimentos, bebidas y hábitos personales «no ha permitido identificar ninguna exposición común», resumió el organismo europeo.
Lo que sí se ha descartado con toda seguridad es una posible relación con la vacuna contra la covid, principalmente porque la mayoría de los niños afectados no están vacunados dado que no son elegibles por edad, pero se sigue investigando si puede tener algo que ver con el propio virus SARSCoV2, SARSCoV2, como algún tipo de sucuela a largo plazo.
Los niños infectados presentaron síntomas gastrointestinales, c como dolor abdominal, diarrea y vómitos,– y signos típicos de la hepatitis –como coloración amarilla de la piel y/o orina de coloración muy oscura– en las semanas anteriores al episodio agudo. La mayoría no tuvo fiebre.
Algunos de ellos requirieron atención en unidades hepáticas infantiles especializadas y alrededor del 10% necesitaron un trasplante de hígado.