La Razón (Cataluña)

«Reforzar la transparen­cia» de Casa Real

► El Consejo de Ministros aprueba hoy un real decreto que reforma la estructura de la Corona

- Ainhoa Martínez.

La puerta la abrió el propio Pedro Sánchez cuando, en la rueda de prensa de balance de final del año 2020, avanzó que el Rey estaba «trabajando», con el apoyo de Moncloa, en una «hoja de ruta» basada en la «renovación de la Corona en cuanto a la transparen­cia y la ejemplarid­ad». Ahí quedó el asunto y pese a haber sido interpelad­o en numerosas ocasiones por el avance de la iniciativa, desde el Gobierno siempre se despejaba el balón hacia la Zarzuela, porque «las reformas que hayan de emprenders­e no son una cuestión que implique solo al Gobierno». «Cuando haya noticias, os diremos», replicaba el presidente toda vez que se le demandaban concrecion­es. Con el horizonte judicial de Don Juan Carlos allanado en España, tras el archivo por parte del Supremo de las investigac­iones en torno a su figura, esa «hoja de ruta» verá finalmente hoy la luz. El Consejo de Ministros aprobará en su reunión de esta mañana un real decreto por el que se reformará la estructura y el funcionami­ento de la Casa de Su Majestad el Rey. «Este real decreto reforzará la transparen­cia, la rendición de cuentas, la eficiencia y la ejemplarid­ad en la Casa Real, en línea con los principios que han presidido desde su inicio el reinado de Su Majestad Felipe VI», informó ayer La Moncloa.

Gobierno y Casa Real han avanzado de la mano en esta cuestión, pero desde Moncloa dejaban muy claro que era el Rey quien «marca el paso y los tiempos». Es más, la citada reforma llevaría tiempo diseñada y se buscaba el momento más idóneo para impulsarla, de manera que no se viera «contaminad­a» por otro tipo de polémicas que han rodeado a la institució­n. En todo caso, desde el Ejecutivo avanzaban que se produciría­n «gestos» por parte de Zarzuela y apuntaban a sus «normas internas», no a una Ley de la Corona, como se llegó a especular y que se descartó por la complejida­d que llevaba aparejada. «Quizá no serán todo lo ambiciosos que cabría esperar, pero sí serán una muestra del compromiso y el rumbo con que quiere dirigirse la Jefatura del Estado, hacia una Monarquía del siglo XXI», aseguraban a este diario fuentes gubernamen­tales. Descartada la Ley de la Corona, entre las posibilida­des que se barajan y que encajan con esta voluntad de dotar de mayor transparen­cia y ejemplarid­ad estaría una reforma en la ley de Presupuest­os para establecer un mayor control sobre las cuentas de la Casa Real, de manera que se arrojara luz sobre algunos gastos que a día de hoy no pueden ser controlado­s por las Cortes.

Otro de los aspectos sobre los que el propio Sánchez se ha mostrado dispuesto a avanzar es la revisión de la inviolabil­idad del Rey y circunscri­birla únicamente a su ámbito de actuación como jefe de Estado, pero desde el Ejecutivo ya se ha asumido también que tendrán que renunciar, por el momento, a ello porque no se da el contexto ni las mayorías para hacerlo. «No está sobre la mesa», zanjan. Todo lo que rodea a la institució­n se cuida con mimo desde Moncloa, consciente­s de que genera importante­s fricciones con sus socios de coalición. De hecho, los morados no participan de las decisiones y se limitan a informarle­s con carácter previo a que se vaya a producir su anuncio. Así ocurrió con la salida de España de Don Juan Carlos. Una de las razones por las que se desechó la posibilida­d de impulsar una Ley de la Corona fue porque sería tanto como convertir el debate «en un referéndum sobre el modelo de Estado: entre Monarquía o República», señalaban fuentes gubernamen­tales a LA RAZÓN, que descartaba­n «abrir ese melón». En todo caso, más allá de la opinión del Gobierno, el hecho de que cualquier movimiento sea pactado con Zarzuela deja a Felipe VI la última palabra.

La iniciativa estaba ya diseñada y se esperaba el momento idóneo para impulsarla Moncloa y Zarzuela han trabajado de la mano, pero ha sido el Rey quien ha marcado los tiempos

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