La polémica por el cruce de piernas ilustra la misoginia en Westminster
► Un diputado «tory» vierte comentarios sexistas sobre la laborista Angela Rayner
Cuesta creerlo, pero en Reino Unido, la noticia del día la protagoniza un cruce de piernas. En concreto, el cruce de piernas de la vicelíder de la oposición laborista, Angela Rayner, quien, según un diputado conservador, lo utiliza como herramienta para distraer al «premier» Boris Johnson durante los debates parlamentarios. Los comentarios reflejan el largo camino que aún queda por recorrer en Westminster para abolir el machismo más casposo en una de las democracias más antiguas del mundo. Aunque aun si cabe más preocupante es el hecho de que un diario nacional los haya utilizado –sin identificar al parlamentario en sí– para montar toda una noticia al respecto.
Johnson ha escrito a Rayner para distanciarse de las palabras misóginas asegurando que hará todo lo que esté en su mano para identificar al autor y tomar las medidas adecuadas. El jefe del Gobierno también las condenó en Twitter: «Por mucho que discrepe con Rayner en casi todos los asuntos políticos, la respeto como parlamentaria y deploro la misoginia dirigida contra ella de forma anónima». Los presuntos ataques a Rayner, de 42 años, y cómo se presentaron en el «Mail on Sunday» centraron el debate político de ayer en Reino Unido, donde llueven las condenas a los presuntos autores y al periodista en cuestión, Glen Owen, quien lo comparó con una famosa escena de «Instinto Básico» (1992), protagonizada por Sharon Stone. En su artículo, Owen escribe que muchos diputados conservadores creen que la política laborista cruza y descruza las piernas en las sesiones semanales de control al Gobierno para «distraer» a Johnson. «Ella sabe que no puede competir con la formación en debate adquirida por Boris en Oxford, pero tiene otras habilidades de las que él carece», declaran las fuentes anónimas citadas. «Ella misma lo ha admitido cuando nos hemos tomado unas copas en la terraza de los Comunes», añaden.
El texto afirma que los careos entre Johnson y Rayner –que se producen cuando ella sustituye al líder del Partido Laborista, Keir Starmer– son «un momento destacado del calendario parlamentario», al contraponer a la «diputada, educada en la escuela pública» a Johnson, formado en Eton, elitista colegio privado. El periodista también la describe como «una abuela que dejó la escuela a los 16 años sin cualificaciones al quedarse embarazada, para convertirse en cuidadora (en servicios sociales)».
En respuesta al artículo, Rayner ha rechazado las «mentiras» publicadas sobre ella y acusó a los acólitos de Johnson de «propagar calumnias pervertidas y desesperadas para salvar su pellejo». «He sido acusada de una ‘‘trama’’ para ‘‘distraer’’ a un indefenso primer ministro: por ser mujer, por tener piernas y por usar ropa», lamentó en su cuenta de Twitter.
Aseguró que los «viles» insultos no la disuadirán de seguir en política y mantuvo que los conservadores tienen «un problema con las mujeres» en posiciones de influencia. «Espero que esta experiencia no desanime a una sola persona como yo, con un historial como el mío, de aspirar a participar en la vida pública. Eso me rompería el corazón», escribió en la red social.
Este incidente ha llevado a muchas otras diputadas británicas a denunciar que constantemente sufren ataques misóginos y sexismo tanto en la vida cotidiana como en las redes sociales.
Una «abuela» de la «escuela pública» que trata de seducir a Johnson, describe la fuente al «Mail»