Badosa y el nuevo orden
► La barcelonesa se estrena en el Mutua Madrid Open con triunfo ante Kudermetova (6-3 y 6-0). Hace un año llegó a la capital con una invitación. Era la 61 del mundo. Hoy es la dos
PaulaPaula Badosa pone la típica cara de sorpresa. «¿De verdad crees que soy la favorita?», responde de forma muy educada. «Yo, no», prosigue. La española acaba de superar su primer compromiso en el Mutua Madrid Open ante la rusa Veronika Kudermetova (6-3 y 6-0) y no hay tregua para ella: su siguiente partido es con Simona Halep, la ex número uno del mundo, dos veces campeona en la capital de España, y una en Roland Garros y otra en Wimbledon... Pero para la periodista que preguntó y según el ranking, Paula es la favorita. Es el nuevo orden del tenis femenino, en el que la española es la número dos del mundo, aunque entre las participantes en Madrid es la que tiene la clasificación más alta, pues la número uno, Iga Swiatek, se cayó a última hora por una lesión en el hombro.
Con todo esto está aprendiendo a convivir la barcelonesa, a quien la vida le ha cambiado mucho en el último año. En 2021 ya venía hacia arriba, pero en el Mutua dio un salto muy importante. Lo jugó con una invitación y se plantó en semifinales. Era la 61 del mundo y ahora es la 2, además campeona de Indian Wells, por ejemplo. Ha generado mucha expectación y eso se ve hasta en los entrenamientos y en la firma de autógrafos a los seguidores. Ahora las rivales la ven como una de las tenistas a batir y ella tiene que afrontar los partidos con esa «presión», palabra que repitió varias veces en su comparecencia ante los medios tras su primera victoria. El añadido es que además juega en casa. «He empezado nerviosa», reconoció de su arranque ante Kudermetova. La rusa encontraba respuestas a los tiros de la española y el partido se movía en una igualdad preocupante. Salvaba Paula un par de pelotas de rotura (cinco en total en el primer set) y su lenguaje no verbal era malo. Pero conforme se disipaban las dudas en su cabeza llegó la Badosa que asusta a cualquiera. Primero, la confianza, meter muchas bolas dentro, cada vez más. Después, buscar la profundidad para incomodar a su oponente, que cada vez tenía más dificultades para llegar bien al golpeo. Un poco de mano dura en el saque, y el cambio definitivo: ese golpe fantástico de derecha entró en escena. Paula imprimió un ritmo con el «drive» insoportable para Kudermetova. A la primera oportunidad de break que tuvo la española, bingo. A continuación sacó su juego de servicio, enseñó el puño, miró a su banquillo y se llevó un dedo a la sien. «Cabeza», pedía, con el público entregado en una pista Manolo Santana con el techo cerrado por la lluvia.
Ya no perdería ningún juego más Paula, maltratando a la tenista rusa, llevándola de un lado a otro. «He terminado jugando bien», admitió la catalana. Va a necesitar ese nivel para seguir adelante. «Es que vaya sorteo...», exclamó .... Y después se le escapó un: «Manda huevos». Nunca se ha enfrentado con Halep y reconoce que tiene muchas ganas de hacerlo. «Aunque me hubiera gustado que fuera un poco más adelante, no te voy a engañar. Son partidos que podían pertenecer a las rondas finales», admite. La tenista rumana conquistó Madrid por primera vez en 2016 (después repitió en 2017). Un año antes Badosa había ganado Roland Garros... Júnior. Se puede decir que ha crecido viendo a jugadoras como Simona, a las que ahora desafía. El proceso hasta alcanzar la madurez ha sido largo, pero a sus 24 años a Paula Badosa le queda mucho por delante. La frase que venía repitiendo los últimos meses la tiene que cambiar: «Quiero estar entre las mejores del mundo», aseguraba. Eso ya lo es. Ahora quiere ser «la mejor».
Antes que Badosa, la pista central dio la bienvenida a otra española, Nuria Párrizas, que juega por primera vez el cuadro final y ganó a Sorana Cirstea por 6-4 y 6-2.