Jorge Fernández Díaz
EsEs inevitable que sea noticia lo sucedido en el Congreso con ocasión del debate de convalidación del RDL de medidas contra la crisis que aprobó el Gobierno. Lo comentamos ayer y seguimos hoy porque lo ocurrido es un hecho de una extraordinaria importancia: la supervivencia del Gobierno de España está nada más y nada menos que en las manos de una fuerza política como Bildu.
La gravedad de la situación que atravesamos no se puede expresar con mayor nitidez, y esa votación es una auténtica indignidad para quien subordina a la marca política de ETA, el bien común y el interés general de España y de los españoles, que es la misión esencial de todo Gobierno de la Nación.
Para diagnosticar adecuadamente lo sucedido hay que retrotraerse a la reunión del Comité Federal del PSOE del 1º de octubre de 2016, cuando su propio partido obligó a Sánchez a dejar la Secretaría General para evitar que hiciera lo que finalmente hizo, tras ganar las primarias y recuperar el cargo unos meses después. Fue mediante la moción de censura de mayo de 2018, apoyado por el denominado por Pablo Iglesias «bloque político de la moción», integrado por los comunistas populistas de Podemos y todas sus confluencias, y los separatistas catalanes, los vascos del PNV, y Bildu, además de otras minorías, todas con el común denominador de querer destruir la Constitución y la nación española.
El tiempo ha dado la razón a aquel Comité Federal que supo prever qué significaría para España y para su propio partido lo que Pedro Sánchez pretendía hacer, subordinando a su afán de poder cualquier otra consideración.
Aquella censura tuvo éxito gracias a los votos del PNV que, tras haber apoyado los Presupuestos del PP y haber aprobado sus enmiendas, a la semana siguiente dio sus votos a Sánchez para derrocar al Gobierno popular en un ejercicio de felonía política sin precedentes. Pero es sabido que «Roma no paga traidores», y el blanqueo que está realizando Sánchez de Bildu está preparando el terreno para una alternativa al monopolio político que el PNV viene ostentando en Ajuria Enea: un gobierno de coalición análogo al de Sánchez con Bildu, Podemos y el PSE para, entre otras cosas, intentar la anexión de Navarra en complicidad con su Gobierno homónimo de la Comunidad Foral, consumando una traición histórica a España. Las siglas de la «marca» PSOE difícilmente van a poder sobrevivir con dignidad tras haber dado cobertura política a toda esta obra de demolición nacional y constitucional.