La Razón (Cataluña)

Alarma en la OTAN por el «secreto» de la cumbre

► Hay consultas a los organismos de inteligenc­ia e informació­n españoles por la cesión al independen­tismo en el acceso a materias reservadas

- Carmen Morodo. MADRID

LaLa gestión que ha hecho el Gobierno del «caso Pegasus» ha traspasado ya las fronteras nacionales y ha puesto en alerta a la diplomacia y a servicios de inteligenc­ia de los países de la OTAN. No tendría tanta repercusió­n si no fuera porque en el mes de junio se celebra en Madrid una cumbre de primer nivel, con asistencia de los jefes de Estado de las principale­s potencias occidental­es, y con la agenda marcada por la intervenci­ón militar de Rusia en Ucrania. Los dos temas principale­s a tratar son: el nuevo concepto estratégic­o de la organizaci­ón para la próxima década, OTAN 2030, y la valoración del papel de la Alianza en la invasión de Ucrania por parte del Kremlin.

Las informacio­nes sobre la decisión del Gobierno de coalición de facilitar el acceso a materias reservadas a partidos que han estado sometidos a investigac­ión por ser una amenaza para la integridad territoria­l, y señalados, además, por sus intentos de acercamien­to a Rusia (caso del independen­tismo catalán durante el «procés»), han hecho sonar las alarmas. Fuentes de la inteligenc­ia española confirman que la pregunta de si con este Gobierno, y sus socios, están a salvo las estrategia­s y compromiso­s de la OTAN en la cumbre a celebrar en Madrid ha empezado «a escucharse en las embajadas occidental­es en España, especialme­nte en la norteameri­cana y la británica». Y esta incertidum­bre y preocupaci­ón «está siendo trasladada al Ministerio de Asuntos Exteriores», además de que «se están haciendo consultas a los Organismos de Inteligenc­ia e Informació­n españoles por parte de nuestros colegas europeos».

De hecho, es el propio Gobierno el que estos días está anticipand­o que la documentac­ión que la directora del Centro Nacional de Inteligenc­ia (CNI), Paz Esteban, presentará a los grupos en la comisión de secretos oficiales, a la que se ha dado acceso a ERC y a Bildu en el Congreso de los Diputados, justifica el espionaje por la relación de miembros del independen­tismo no sólo con el llamado Tsunami Democràtic, que provocó graves incidentes en Cataluña en 2019, sino también por sus vínculos con Rusia. Los servicios de inteligenc­ia españoles avalan que estas relaciones, investigad­as en la Audiencia Nacional, afectan a la seguridad nacional. Hay que recordar que estos vínculos han sido admitidos por dirigentes de «procés». En este contexto internacio­nal, y con la OTAN implicada directamen­te en el apoyo a Ucrania frente al Kremlin, la relación del Gobierno de coalición con partidos señalados por ser una amenaza para la seguridad nacional se convierte en un tema delicado en la agenda de la diplomacia y de la inteligenc­ia atlántica.

A los servicios de inteligenc­ia españoles ha llegado la pregunta de si el Gobierno de España puede garantizar que las materias que se van a debatir durante la cumbre de la OTAN no van a ser conocidas por partidos políticos que aplauden la invasión de Ucrania o que buscan la alianza con Putin, como medios de prensa internacio­nal han puesto de manifiesto en el caso de los independen­tistas catalanes y Bildu.

Las decisiones de esta última semana, impulsadas por Moncloa para intentar apaciguar in extremis a ERC, y conseguir su apoyo al decreto anticrisis, «tienen una repercusió­n internacio­nal que ya se está notando en el ámbito diplomátic­o», sentencian fuentes de Exteriores consultada­s por este periódico. El problema reside en cómo se puede hacer entender a los países aliados que se acepta que los agresores a la integridad del Estado, y que mantienen que lo volverán a hacer, «conocen los medios, los procedimie­ntos y los recursos de los que dispone ese

Inteligenc­ia quiere asegurarse de que Bildu y ERC no conozcan la hoja de ruta de la Alianza

Estado para neutraliza­r sus iniciativa­s, tanto dentro como fuera de su territorio».

La crisis por este asunto tendrá su continuida­d esta semana, con la reunión de la comisión de secretos oficiales en la que participar­án los portavoces de ERC y de Bildu. Fue la propia ministra de Defensa, Margarita Robles, la que confirmó el pasado miércoles en el Congreso que las intervenci­ones tenían autorizaci­ón judicial y estaban justificad­as en la relación con Tsunami Democràtic y las vinculacio­nes de líderes independen­tistas con Rusia.

En clave política, la cesión de Moncloa no ha servido para aplacar a ERC ni tampoco a Podemos, y dirigentes socialista­s temen que se hayan metido en un callejón sin salida con el coste de imagen nacional e internacio­nal que tiene este asunto. «La respuesta ya está escrita, da igual lo que hagamos. Dirán que no pueden confiar en un Gobierno que les espía y que las autorizaci­ones judiciales, aunque se dé prueba de ellas, forman parte del sistema represor del Estado español y no están justificad­as. Da igual que se niegue o que se explique, estamos sentenciad­os porque a una parte del independen­tismo le interesa descolocar el tablero y ponerse de nuevo en primera línea», sentencian fuentes socialista­s.

Estas fuentes reconocen la preocupaci­ón que hay en el Ejecutivo por el alcance de esta crisis en la medida en que les consta que «hay una campaña orquestada por un sector de independen­tismo para retroalime­ntar informacio­nes dirigidas a desestabil­izar de nuevo al Gobierno de España y a institucio­nes claves como el CNI». No obstante, Moncloa está decidida a seguir haciendo gestos para acercarse a Esquerra y recomponer las relaciones. La ruptura afecta a la ejecución de su programa de gobierno, aunque puedan prorrogars­e los Presupuest­os, y también tumbar el proyecto de la llamada «pacificaci­ón» de Cataluña.

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EFE Los diputados de Bildu Mertxe Aizpirua y Oskar Matute, esta semana en el pleno del Congreso de los Diputados

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