«Isabel la Católica es una excepción histórica, ejemplo de mujer reinante» «El tratamiento que las constituciones españolas han dado a la mujer es mejorable»
Ediciones Universidad de Salamanca publica «Damas y reinas», una obra que surge «de la curiosidad por saber qué hacen las mujeres de los poderosos», afirma su autor «Leonor será reina titular de la Corona española y eso supondrá un hito de normalización»
ExistenExisten en los 194 países de la comunidad internacional 147 mujeres consortes, de ellas 123 primeras damas y 24 reales, mientras que tan solo existen tres hombres consortes. Una estadística que tan solo es reflejo de la continuidad de una situación histórica, y en la que ahora se profundiza gracias a la obra de Manuel Ventero. El director gerente de la Orquesta Sinfónica y Coro RTVE ha publicado« Damas y reinas »( EdicionesUniversidad de Sala man ca ), ensayo que se acerca al día a día de las primeras damas y reinas consortes, y que revela las diversas formas de ejecutar el puesto: como mero acompañamiento o participando en actividades de carácter social y cultural. Una obra que, en palabras de su creador, «surge de la curiosidad por saber qué hacen y cuánto mandan las mujeres de los poderosos, ya sean reyes o presidentes de república».
¿Qué figuras ha estudiado principalmente para esta obra?
El libro explica la diferencia entre «primera dama» y «reina consorte», figuras en absoluto parangonables. Hay un interesante recorrido retrospectivo hasta la génesis del término «first lady», originario de EE UU; y otro, simultáneo, sobre el tratamiento que las constituciones españolas han dado a la mujer. El resultado es mejorable: en materia de sucesión al trono, vamos desde «la exclusión perpetua de hembras» hasta la vigente supeditación a la existencia de un hermano varón. La expresión «en el mismo grado, el varón a la hembra» ha sido inalterable, algo que no se sostiene hoy, se mire como se mire.
¿Es el rol de «acompañar» a un hombre una actitud machista?
Tradicionalmente, algunas consortes se han limitado a ejercer un papel discreto de acompañamiento. Hay excepciones: mujeres que han renunciado al estatus de primera dama, como es el caso de México, prefiriendo continuar con su vida profesional. El problema no es que la esposa del jefe del Estado acompañe a su marido, sino que, en 2022, la inmensa mayoría de jefes de Estados siguen siendo hombres, esa es la pregunta que cabe hacerse. Pero es un tema complejo. Cada país tiene su idiosincrasia.
¿Qué relación establece entre Doña Sofía y la Reina Letizia como consortes?
Las comparaciones siempre son incómodas, pero no rehúyo la pregunta. Doña Sofía ha hecho, y aún hace, un magnífico trabajo, y los españoles la admiran. El de Letizia es otro tiempo, muy condicionado por los medios de comunicación, y en el que el empoderamiento femenino es determinante. Ella misma, desde un estatus de poder, contribuye a esa tarea.
¿Qué resalta de Doña Letizia?
La intensidad de su trabajo, que es notable. Pero, sobre todo, su nivel de compromiso.
¿Es Isabel II un ejemplo de que la monarquía puede basar su fortaleza en una mujer?
Se ha convertido en referencia para la realeza en el mundo, también porque encarna la monarquía «parlamentaria» que nació en Reino Unido. Aunque, hablando de reinas «propietarias», una figura fascinante es Isabel I de Castilla. Verdaderamente, una excepcionalidad histórica, paradigma cierto de mujer reinante. Aunque este libro va de consortes, la mención a Isabel es obligatoria.
¿Qué opina de la heredera a la Corona española?
Pienso que, no sin sobresaltos, Leonor será reina titular de la Corona de España. Y eso supondrá un hito más de normalización en nuestra historia. Sus padres son muy conscientes de la dificultad, y parte de su tarea es prepararla para erigirse en una reina del siglo XXI, una jefa de Estado con altura de miras y consciente de su papel, bastante más sutil que pudo serlo hace siglos. Por cierto, confío en que, antes de que llegue el momento, nuestros políticos resuelvan de una vez por todas la anomalía de preterir a la mujer en presencia de varón. No es de recibo a estas alturas.
En definitiva, ¿qué descubrirá el lector en su libro?
Que el poder sigue siendo «cosa de hombres» y que las consortes siempre han ejercido un poder «informal», en ocasiones, muy efectivo.