Mi periódico
Fernando Vilches
AraízAraíz de mi artículo del lunes pasado, me percaté de que hay personas a nuestro alrededor con las que contactamos profesionalmente, pero no vemos más allá de esa relación. En ese artículo, recordaba los trece años vividos con nuestra perrita y, tras enviarlo a la sección de Cultura, recibí dos emotivos mensajes: de Pedro Narvaéz y de mi jefa de cultura Carmen Lobo. Con ella, mi relación viene desde el principio de mi colaboración con LA RAZÓN (septiembre de 2008) y siempre he sentido su cariño y su apoyo, aunque el mensaje me confirmó que – además de una excelente periodista– es una extraordinaria persona. Pero mi relación con Pedro ha sido solo profesional: tuvimos unas conversaciones para colaborar en un proyecto de nuestro periódico que luego no se sustanciaron, y de lector: a pesar de mi dedicación a la lengua española, me encantan todos los artículos de este excelente periodista, por lo que me sorprendió, y, con ambos mensajes, me emocioné.
Viene esto a cuento porque la emisora del Movimiento (actual), la SER, en un programa dirigido por una conocida periodista, dieron caña injusta y torticera a nuestro diario por la noticia, absolutamente cierta, de que el Ministerio de Sanidad pretendía suprimir de los menús del día de nuestros establecimientos de hostelería el vino y la cerveza. Ya ha contestado con maestría el director, Paco Marhuenda, con quien me une una vieja amistad (lo que no dice nada en mi favor, porque ser amigo del jefe es un oxímoron), donde dejaba las cosas muy claras. Pero, además de Carmen y Pedro, he descubierto que LA RAZÓN está llena de buenos profesionales y mejores personas: la redacción de Cultura al completo, y un periodista, músico, sabio, políticamente incorrecto, a quien, sin conocer personalmente, admiro muchísimo: Sabino Méndez, con el que cada semana disfruto y aprendo. Señores del Movimiento: aprendan de LA RAZÓN, les vendrá de perlas.