La guerra de Bukele contra «las maras» se salda con 20.000 detenidos en un mes
► El presidente decretó en marzo el estado de excepción para combatir el crimen
«Los tenemos sin colchoneta, durmiendo en el suelo, hacinados y con dos tiempos de comida. Les juro por Dios que no comerán ni un arroz. Y vamos a ver cuánto duran». El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, ha apostado por el estado de excepción, decretado el 27 de marzo y ampliado por 30 días más el 24 de abril para ganar «la guerra contra las pandillas». La Policía y el Ejército salvadoreños han arrestado a 20.421 presuntos pandilleros en solo 33 días. Los tribunales han decretado prisión preventiva contra 9.672 imputados. El régimen de excepción permite retener a los detenidos hasta 15 días sin justificación, frente a las 72 horas en circunstancias normales.
El excéntrico presidente salvadoreño intenta poner fin a la ola de asesinatos de los últimos meses y al control que estas poderosas bandas criminales, como la Mara Salvatrucha o Barrio 18, ejercen en varias zonas del pequeño país centroamericano de 6,4 millones de personas. Las 87 personas asesinadas el último fin de semana de marzo fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Bukele.
La Policía y el Ejército salvadoreño llevan más de un mes realizando detenciones arbitrarias a «terroristas» sin orden judicial y basadas en sospechas como tener antecedentes penasultores, les o tatuajes de pandillas como la Mara Salvatrucha (MS-13), Barrio 18 o «marero» (pandillero). La escalada de homicidios de los últimos meses evidencia una creciente inseguridad. Tras las jornadas más violentas en El Salvador desde el fin de la guerra civil hace 30 años, el Congreso salvadoreño dio luz verde a la suspensión del derecho a la defensa, la libertad de asociación y la inviolabilidad de la correspondencia sin orden judicial. Los medios salvadoreños y los expertos en seguridad explican el drástico incremento de la violencia en El Salvador por la ruptura de un pacto secreto entre el Gobierno de Bukele y las maras salvadoreñas. Sin embargo, Bukele siempre ha negado este acuerdo.
El presidente presume del éxito del estado de excepción al ser «el sexto día consecutivo con 0 homicidios». Bukele, el mandatario con más apoyo popular de la región, con el 76% de aprobación según M&R Conjustifica Conjustifica la ampliación del estado de excepción porque se calcula que unos 70.000 pandilleros delinquen y luchan por el control de las operaciones de extorsión y narcotráfico. Sin embargo, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se ha mostrado «profundamente preocupado» por las detenciones masivas, especialmente en las zonas más controladas por las temidas «maras». Su portavoz, Liz Throssell, denunció el trato «cruel, inhumano y degradante» a los sospechosos hacinados en las precarias cárceles salvadoreñas. La directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara, es más contundente: «Durante los últimos 30 días, el Gobierno ha pisoteado los derechos de la población salvadoreña. Las autoridades han creado una tormenta perfecta de violaciones de derechos humanos que se espera que continúe con la aprobación de la prórroga del estado de excepción».
Bukele rechaza las críticas a su política: «Si tanto les gustan los pandilleros a las organizaciones internacionales, que se los lleven a sus países». El sindicato de la Policía salvadoreña denuncia que los jefes policiales exigen cuotas diarias de arrestos a sus agentes en la «guerra contra las maras».
La ONU y Amnistía Internacional denuncian abusos y detenciones arbitrarias