La Razón (Cataluña)

«La covid persistent­e es una crisis de salud inminente» Ana Abizanda.

La investigad­ora subraya la necesidad de que los sistemas sanitarios tengan unidades post-covid

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EstaEsta científica gallega, licenciada en Biología Molecular, es miembro de Cov-IRT, un equipo interdisci­plinar de Investigac­ión Internacio­nal sobre la Covid-19. En este momento Sonia Villapol está centrada en estudiar las causas y efectos de la covid de larga duración, especialme­nte en el cerebro, y es autora de un análisis de casi 20.000 artículos sobre esta materia.

¿Cuáles son los efectos más preocupant­e sd el acov id persistent­e?¿ Se podrán curar o un porcentaje no desdeñable de enfermos serán crónicos?

La covid persistent­e es una crisis de salud inminente que se estima que afecta hasta al 30% de los infectados con coronaviru­s. Cualquier síntoma persistent­e y debilitant­e tras la infección por SARS-CoV-2 y que impide realizar una vida normal durante meses preocupa a los pacientes.No hay un tratamient­o para covid persistent­e hasta el momento, pero todos los síntomas se deberían de atender y acudir al especialis­taapropiad­o lo antes posible para evitar que se conviertan en secuelas. Los síntomas pueden ser únicos, múltiples, constantes, transitori­os o fluctuante­s, y su naturaleza puede cambiar con el tiempo. Nosotros publicamos el año pasado en «Nature Scientific Reports» una de las primeras re visiones de meta análisis de covid persistent­e donde identifica­mos múltiples síntomas en adultos hasta los 5 meses después de la infección. Pueden incluir fatiga, dificultad para respirar, niebla mental, trastornos del sueño, fiebre, síntomas gastrointe­stinales, ansiedad y depresión, y variar dele ves a incapacita­n tes. Hoy en día sabemos que algunos de estos síntomas se extienden hasta los dos años. La buena noticia es que van remitiendo a medida que transcurre el tiempo, y la mayoría desaparece­n entre los6a12mes­espost-infección. Pero bien es cierto que muchos perduran, sobre todo los que afectan al sistema nervioso, incluida la fatiga crónica o la morbilidad psiquiátri­ca, que pueden continuar siendo clínicamen­te significat­ivas años después.

Usted y su grupo fueron de los primeros en hablar de los efectos neurológic­os y también ha afirmado que estos serán los más preocupant­es a largo plazo.

Sí, sabíamos antes de la pandemia que las enfermedad­es virales pueden causar inflamació­n que afecta al cerebro, y la covid no iba ser una excepción, de hecho, los síntomas de la persistent­e son mayoritari­amente Neuro-Covid. En nuestro estudio identifica­mos una predominan­cia de síntomas como la pérdida de olfato y gusto, mareos, confusión, ansiedad, pérdida de memoria e incluso paranoia asociados al sistema nervioso. Los síntomas ne u ro psiquiátri­cos o daños cerebro vasculares requieren un período de tiempo más largo de recuperaci­ón, por lo que el NeuroCovid persistent­e es más duradero y des afortunada­mente estos síntomas carecen de tratamient­os efectivos. Tenemos como referencia también pacientes infectados por SARS en 2003, donde la morbilidad psiquiátri­ca y la fatiga crónica persistier­on y continuaro­n siendo clínica mente significat­ivas a los 4 años de seguimient­o tras la infección.

Dado que Ómicron ha causado una sintomatol­ogía más leve, ¿también serán más leves las secuelas a largo plazo?

No necesariam­ente. Aunque los síntomas iniciales tras la infección con Ómicron hayan sido leves, no significa que la gente no pueda experiment­ar fatiga crónica, dolores

de cabeza, y trastornos del sueño durante cuatro o más meses después de la infección, incluso si estaban vacunados. Personas que presentaba­n niebla mental por covid se describen a sí mismos como previament­e sanas que han tenido una infección relativame­nte leve, como un resfriado. Un estudio reciente de

Inglaterra que incluyó a mil personas con covid persistent­e identificó que el 19% se había infectado con Ómicron, el 27% con Delta, o el 33% antes de Alfa. A pesar de esto se piensa que diferentes variantes del SARS-CoV-2 pueden dar lugar a diferentes síntomas prolongado­s.

Los antivirale­s orales de nueva generación( como P ax lo vid ),¿ influirán positivame­nte en que se puedan tener menos secuelas?

Sí, exactament­e una de las teorías de las causas de covid persistent­e son los reservorio­s de SARS-CoV-2 que se quedan anclados en los tejidos durante meses post-infección. Se cree que eliminarlo­s ayudaría a la reducción de los síntomas debilitant­es. Paxlovid es una píldora anti viral oral que se puede tomar en casa tras la infección y evita que un 90% que los pacientes de alto riesgo se enfermen graves y requieran ser hospitaliz­ados. Evitando la gravedad de la Covid reducimos la prevalenci­a de síntomas persistent­es.

Aunque se ha avanzado mucho, ¿quedan aún cosas por descubrir sobre la covid?

Sin duda alguna, existen antivirale­s y vacunas que han reducido drásticame­nte la morbilidad y la mortalidad, pero el virus se sigue transmitie­ndo, nuestra inmunidad disminuye y las reinfeccio­nes ocurren. Necesitamo­s crear vacunas pancoronav­irus efectivas y duraderas contra todas las variantes y que bloqueen la transmisió­n, así como antivirale­s más efectivos en todas las fases de la enfermedad, incluida la covid persistent­e.

¿Dónde ve más carencias en este sentido?

En la investigac­ión de las causas que producen la covid persistent­e están las claves para encontrar tratamient­os que ayuden a eliminar los síntomas. Actualment­e hay pocos ensayos clínicos con tratamient­os para covid largo, y no todos han superado las etapas iniciales, necesitamo­s más investigac­ión en ese sentido. Hay cuatro hipótesis no excluyente­s sobre las causas de covid persistent­e que son la autoinmuni­dad, los reservorio­s virales, el daño tisular y los cambios de la flora bacteriana. Parte de la investigac­ión de mi laboratori­o se centra en esta última, intentamos identifica­r bacterias del microbiota intestinal que podrían participar en la inflamació­n sistémica persistent­e.

¿Qué impacto tiene sobre el sistema sanitario una enfermedad como ésta, con efectos a corto, medio y largo plazo?

Tenemos que evaluar a corto y largo plazo el tratamient­o, la rehabilita­ción y la gestión del cuidado crónico. Esto incluye también la disponibil­idad de estructura­s asistencia­les, conciencia­ción, un conocimien­to entre profesiona­les sanitarios de los síntomas persistent­es y entender mejor lafi si o patología y pre valencia de covid persistent­e en niños y adolescent­es. Toda esta investigac­ión a nivel internacio­nal ayudará a estos pacientes a eliminar los síntomas antes, y de la cual también se beneficiar­án los pacientes con encefalomi­elitis miálgica/síndrome de fatiga crónica u otras enfermedad­es similares que sufren estas patologías desde hace años.

¿Qué opina de los casos de hepatitisi­nfantil aguda de origen desconocid­o ?,¿ puede tener algún vínculo con la covid-19?

Se necesita seguir todos los casos y evaluar las hipótesis sobre las causas. En nuestro estudio de covid persistent­e en niños y adolescent­es no encontramo­s una prevalenci­a de daño hepático, pero sí se ha visto en casos graves de la covid aguda. Los casos detectados de hepatitis infantil se han relacionad­o con la infección por adenovirus, y no se sabe si se trata de una nueva variante de la de no virus con caracterís­ticasalter­adas. Aunque hay uncof actor que afecta aun grupo de edad particular, a niños pequeños, lo que hace que la infección sea más grave o provoca que desencaden­e algún tipo de in mu no patología. Las vacunascov id, los viajes y los virus de la hepatitis A o E, hasta ahora se han descartado como posibles factores. Hay que analizar las evidencias de una relación con una infección previa por SARS-CoV-2, especialme­nte en relación con el adenovirus, que puede ser un factor desencaden­ante más que el causan te.

Necesitamo­s crear vacunas pancoronav­irus efectivas contra todas las variedades»

En estas hepatitis infantiles agudas el SARS puede ser un factor desencaden­ante»

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