Del censo a Timmermans
DosDos cuestiones de fondo destacaron la semana pasada. La primera fue la aparición de los datos del censo agrario en España. Se confirmó lo que ya se había constatado sobre el terreno en los años anteriores: una bajada en el número de explotaciones agrarias y el aumento del tamaño de las mismas. Según el censo de 2020, había 914.871 explotaciones, lo que suponía una caída del 7,6% en relación con las 987.796 que aparecían en el de 2009. La superficie agraria utilizada (SAU) total era de 23,9 millones de hectáreas, con un incremento del 0,7%, a razón de 26,37 hectáreas por explotación, con una subida del 7,4%. Castilla y León, Aragón y Extremadura son las comunidades con mayores tamaños medios; por el contrario, Canarias, Comunidad Valenciana y Galicia contaban con las más pequeñas de media. En lo que respecta a las explotaciones explotaciones de carácter ganadero, bajaron el 30,1% en 2020 con respecto a 2009 quedando en 169.576. La caída se registró en las explotaciones de todas las especies, sobre todo las más intensivas (porcino, aves de corral y conejos). Sin embargo, el número de cabezas de ganado aumentó con carácter general.
La segunda de las cuestiones o noticias tuvo como escenario Bruselas y se refiere a la “bronca” entre Timmermans, el vicepresidente de la Comisión Europea, y el COPA-COGECA, la organización que agrupa a los sindicatos agrarios y las cooperativas de la UE. Abrió fuego el primero de ellos criticando a los que alertaban de una posible situación de escasez de alimentos, declaraciones que calificó de «irresponsables y deshonestas».
Respondió la presidenta del COPA diciendo que ya se puede hablar de consecuencias para la seguridad alimentaria desde el momento en el que los elevados precios de los alimentos pueden dificultar el acceso a ellos de las capas de población más desfavorecidas. En el fondo lo que está en juego es lo siguiente: Timmermans no quiere cambiar la nueva PAC y la estrategia de la granja a la mesa para utilizar todos los recursos que ofrece el campo de la UE, mientras que los segundos piden que, a la vista de la situación actual, se dé prioridad a la producción de alimentos.