La Razón (Cataluña)

Preocupaci­ón en el PSOE por Pegasus: «No levantamos cabeza»

► Sánchez traslada a la Ejecutiva que no se puso en riesgo la seguridad nacional y que agotará la legislatur­a

- Ainhoa Martínez. MADRID

El escándalo Pegasus también tiene impacto en el PSOE. Las derivadas de la polémica alcanzan al partido, que mira con preocupaci­ón los efectos de la gestión de los casos de espionaje y cómo el Gobierno vuelve a destilar dependenci­a de ERC. «No levantamos cabeza», comenta un dirigente, que se queja del lastre que supone para la marca socialista las alianzas del Ejecutivo. Hace dos semanas, Moncloa maniobraba para que el Congreso desbloquea­ra la comisión de secretos oficiales y permitía permitía que fuerzas soberanist­as como Bildu o la CUP se integraran en ella. Este foro, lejos de convertirs­e en parte de la solución del conflicto con sus socios, acrecentó el problema, al oficializa­r la directora del CNI en su comparecen­cia que Pere Aragonés fue objeto de seguimient­o. Esto obligó al Gobierno a un nuevo ejercicio de equilibris­mo, negando cualquier conocimien­to de las escuchas y aceptando una reunión cara a cara con el presidente de la Generalita­t. Desde el Ejecutivo señalan que todavía no hay fecha para el encuentro y que los equipos ni siquiera se han puesto en contacto para cuadrar agendas, pero en vísperas de las elecciones andaluzas, cualquier cesión o acercamien­to con Esquerra –foto con Aragonés incluida– no es bien percibido por el electorado socialista ni por el votante de centro, «huérfano» de Ciudadanos, que el PSOE quiere atraer, alentando el miedo a Vox.

En este contexto, Pedro Sánchez reunió ayer a la Ejecutiva de su partido para explicar internamen­te los pasos dados por su Gabinete, entre ellos, la controvert­ida comparecen­cia del lunes 2 de mayo en la que se hizo público que tanto los móviles del presidente del Gobierno como de la ministra de Defensa fueron espiados y mostrar su confianza en que recompondr­á la relación con ERC. En algunos niveles del partido se cuestiona abiertamen­te la decisión de abrir en canal las debilidade­s del Ejecutivo como parte de la estrategia política. El presidente y secretario general socialista reivindicó el ejercicio de «transparen­cia» realizado por el Gobierno y su disposició­n a que se pueda llegar hasta el final en la investigac­ión, aceptando la desclasifi­cación de la informació­n sensible que sea requerida para ello. «El Gobierno podía haber dejado esa informació­n secreta, pero la analizó y vio que no había peligro para la seguridad del Estado», señalan en Ferraz.

Tampoco se entiende dentro del PSOE el pulso que mantuviero­n abiertamen­te Félix Bolaños y Margarita Robles por la responsabi­lidad de la seguridad de los dispositiv­os del Ejecutivo. Una exposición que, unida a las peticiones de dimisión por parte de los socios del Gobierno a la ministra de Defensa, ha puesto en guardia a una parte del partido, que ve en Robles uno de los principale­s puntales de Moncloa. «Es la ministra mejor valorada», recuerdan. En este sentido, desde la dirección federal ayer se quiso visibiliza­r su respaldo a Robles. «La ministra de Defensa tiene todo el apoyo de la Ejecutiva del PSOE, como tiene el apoyo de todo el Gobierno, faltaría más», señaló el portavoz socialista, Felipe Sicilia en rueda de prensa. «La prueba evidente es que hoy sigue siendo la ministra de Defensa, una magnífica ministra, por cierto, muy bien valorada por los ciudadanos, y un orgullo para este partido», recordó, en línea con lo que comentan otros cargos. Además, el contexto no es el más propicio para cuestionar a la titular de Defensa, en plena guerra de Ucrania y a las puertas de la cumbre que la OTAN que se celebrará en Madrid a finales de junio.

Cuestión distinta es lo que atañe a la directora del CNI. En el Gobierno siguen dejando su futuro en el aire a la espera de que finalice el ejercicio de fiscalizac­ión interna que se inició a cuenta de los espionajes a los independen­tistas. «Esperemos a ver qué es lo que dice el control interno que está haciendo el CNI, y cuáles son las conclusion­es, para ver si hay que llevar a cabo algún tipo de exigencia de responsabi­lidades», señaló Sicilia. En Moncloa intentan despachar parte de la presión que están soportando y, según publicó ayer la cadena Ser, hoy harán público el resultado de los informes del Centro Criptológi­co Nacional, sobre los estudios realizados en los móviles de los ministros para rastrear Pegasus.

Otro de los mensajes que Sánchez trasladó internamen­te es que aguantarán hasta el final de la legislatur­a y que lo hará manteniend­o la coalición con Unidas Podemos. En el Ejecutivo no quieren trasladar imagen de debilidad y, aunque pelearán por recuperar la relación con ERC, recuerdan que, hasta ahora, no han perdido ninguna votación en el Congreso –solo la de los remanentes de los ayuntamien­tos– y, algunas de ellas, han salido adelante sin el apoyo de los republican­os. «No son imprescind­ibles», dicen, mientras trabajan para reactivar su alianza de investidur­a.

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EFE Margarita Robles, ayer en un acto en el Senado

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