La empresa familiar, motor de la economía española
► Sendagorta, en su primer discurso como presidente, de le IEF reivindica la independencia empresarial
Andrés Sendagorta, quien asumió esta misma semana la presidencia del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), tiene por delante dos años que, dada la coyuntura actual, no se presentan precisamente fáciles. Cuando todavía nuestras empresas no se habían terminado de recuperar del «shock» de la COVID-19, la crisis energética, el repunte de la inflación y la Guerra de Ucrania abren nuevos frentes y añaden incertidumbre a un panorama ya de por sí incierto.
Aparte de los retos habituales de las empresas familiares (sucesión, internacionalización o competitividad), hay que recordar que el Gobierno tiene preparada, aunque de momento guardada en un cajón en espera de que amaine el temporal de Ucrania, una reforma fiscal, que recoge una subida impositiva con carácter general para las empresas, pero que también pretende «armonizar» impuestos –como se ha referido eufemísticamente la ministra de Hacienda, María Jesús montero–, yque amenazacon eliminar las bonificaciones actuales a los impuestos de Patrimonio y Sucesiones, dos tributos a los que son especialmente sensibles en las empresas de carácter familiar.
Sin obstáculos
En este sentido, en su primer discurso como presidente del IEF tras ser elegido por la asamblea de socios, Sendagorta indicó que estarán muy atentos a todos los asuntos relacionados con la fiscalidad, y reivindicó la independencia de las empresas y su legitimidad para participar en cualquier debate y a que se las escuche con respeto. Asimismo, pidió a las administraciones que les permitan competir en el mundo sin ponerles obstáculos. «La pandemia, primero, y la guerra de Ucrania después, nos ha recordado que la noción de soberanía empresarial existe, del mismo modo y por la misma razón que existe la soberanía política. No pedimos favores ni queremos privilegios, sólo que se nos escuche, y ser tenidos en cuenta y que se nos deje competir en el mundo sin lastres ni desventajas. No podemos dejar de defender a nuestras empresas, pero hay que hacerlo sin proteccionismos retrógrados y sin ingenuidades peligrosas», aseguró Sendagorta. Asimismo, recordó tanto al Gobierno como al principal partido de la oposición el mucho talento que acumulan las empresas que forman parte del IEF, por lo que les tendió la mano a colaborar. «Úsennos, por favor, estamos al servicio de las instituciones pú blicas y de la sociedad, porque estamos al servicio de la construcción de un país de convivencia, libertad y prosperidad», concluyó el que es ya el decimoquinto presidente del lobby empresarial, que está formado por 101 empresas/socios, entre las que se encuentran algunas de las más importantes de nuestropaís, y que es la voz de estas compañías, esenciales en la economía española. Y como muestra de su importancia, un botón. Lamediade antigüedad de las sociedades que forman parte del IEF es de 80 años, contando con 250 la más longeva y con 25 la más joven. Su facturación conjunta ascendió en 2020 a 148.000 millones de euros, lo que se traduce en 32.800 millones en términos de Valor Añadido Bruto (VAB), (lo que equivale al de la comunidad autónoma de Aragón). Además, generan 1,026 millones de empleos, con una media de salarios superior a los 22.000 euros, por encima del promedio español. El año pasado pagaron 6.000 millones de euros en cargas sociales y 1.500 millones en impuestos. Además, la presencia presencia de mujeres en sus cúpulas directivas también es muy superior a la media nacional, ya que aproximadamente un tercio de las altas ejecutivas son féminas, según datos de Deloitte.
En total, se estima que en España existen 1,1 millones de empresas familiares, lo que representa el 89% del total de las sociedades que existen en nuestro país. Actualmente, crean el 67% del empleo privado, (unos 6,58 millones de puestos de trabajo) y son responsables del 57,1% del PIB. En el conjunto de la UE, hay unos 14 millones de empresas de esta naturaleza, que generan más de 60 millones de empleos.