La Fundació Bofill critica las ayudas a la concertada
La Fundació Bofill pidió ayer revisar la actual regulación de los conciertos educativos porque «acentúa» las desigualdades, y propuso someter las mejoras en la financiación de dichos centros a una «mayor corresponsabilidad» contra la segregación escolar.
En una rueda de prensa, su director, Ismael Palacín, consideró que el peso de la concertada en Cataluña supone una «anomalía», con un 31,5% del total de la matrícula.
Se sitúa así entre los siete sistemas educativos de la OCDE con mayor peso de la educación concertada, y Barcelona ciudad tiene un porcentaje del 54,4%.
La investigación internacional demuestra que los modelos de provisión mixta (pública y privada subvencionada) como el catalán tienden a aumentar la segregación escolar y desigualdades educativas. Una regulación pública eficaz es un primer paso necesario para reducirlas o compensarlas, como ya han dado otros países como Bélgica, Chile o Países Bajos.
En Cataluña, el decreto que hoy regula el sector concertado (del año 1993) es muy anterior a la Ley de Educación de Catalunya (2009). La LEC apostaba por una mayor integración, corresponsabilidad y equivalencia de la red pública y concertada, pero estos mínimos para garantizar un servicio educativo equitativo y corresponsable no se han logrado, puesto que no han ido acompañados del despliegue normativo necesario.
En la educación infantil de 2º ciclo y primaria, el sector público matricula 2,1 veces más alumnado extranjero, 1,6 veces más alumnado con necesidades educativas de soporte educativo y 4,2 veces más alumnado de bajo nivel socioeconómico. La cuota media de escolarización de los centros concertados en Cataluña es muy superior a la del resto de comunidades autónomas.