La consigna de Buckingham sobre los Sussex: No pueden eclipsar a la soberana
► Harry y Meghan regresan a Londres tras su sonada salida en 2020 para participar en las celebraciones con cámaras de Netflix
Desde su sonada salida de la Familia Real a principios de 2020 para comenzar una nueva vida en Los Ángeles (Estados Unidos), la relación del príncipe Harry y Meghan con la «Firma» [el nombre con el que los miembros de la familia real se refieren a la corona según contaron los Sussex en la explosiva entrevista con Oprah Winfrey] ha estado rodeada de polémica. De ahí que su regreso ahora a Londres con motivo del Jubileo de Platino por los setenta años de reinado de Isabel II genere cierto nerviosismo. Desde Palacio se ha dado claras instrucciones para que nada de lo que digan o hagan pueda eclipsar a la monarca, al fin y al cabo la gran protagonista.
Pero va a ser complicado. Pues se trata de su primera aparición pública en suelo británico después de acusar a la Monarquía de racista en la famosa entrevista concedida a Winfrey. No dieron más datos, pero la autobiografía que el hijo pequeño de Lady Di prepara para finales de este año puede suponer otra bomba de relojería para los Windsor.
En su día, la pareja fue de los miembros más queridos de Palacio. Su boda en 2018 fue considerada todo un símbolo de la modernidad real. Sin embargo, su popularidad ha caído ahora en picado. Son muchos los que no entienden que, habiendo salido voluntariamente de la Familia Real, sigan conservando sus títulos de Duques de Sussex o hablen en cada una de sus intervenciones de la institución.
Su presencia a los actos oficiales podría limitarse a la misa que se celebrará el viernes en la Catedral de San Paul porque ya se ha confirmado que no estarán hoy en el tradicional posado en el balcón de Buckingham tras el desfile militar, al no representar ya a la Corona. Tampoco estará su tío el príncipe Andrés, apartado tras estar envuelto en escándalo pedófilo de Jeffrey Epstein.
Sin embargo, su agencia no oficial y su costumbre de hacer apariciones de último momento no publicitadas –como la reciente visita de Meghan al monumento conmemorativo de los niños de escuela primaria asesinados en Uvalde, Texas– genera cierta preocupación. Sin ir más lejos, la visita que realizaron el mes pasado a Isabel II en el Castillo de Windsor cuando se dirigían camino a los Juegos Invictus en La Haya pareció tomar por sorpresa incluso a los más allegados de la soberana.
Genera también inquietud el hecho de que cada uno de sus movimientos podrían ser seguidos por las cámaras de Netflix ante el documental que, según la prensa americana, están preparando sobre su vida.
Por otro lado, está la cuestión sobre la seguridad del matrimonio cuando están en suelo británico. La pareja dispone de un servicio privado en Estados Unidos que les acompaña también por sus giras internacionales. En cualquier caso, Harry se encuentra en plena batalla legal contra el ministerio de Interior por la decisión de despojar a su familia de los guardaespaldas de Scotland Yard mientras están en el Reino Unido. Estos próximos días, en cualquier caso, sí recibirán protección oficial.
El posible acercamiento entre Harry y su hermano mayor Guillermo –segundo en la línea de sucesión al trono– está en boca de todos. Y en este sentido, según «The Telegraph», se han llevado a cabo conversaciones para establecer a qué actos asistirán los hijos de los duques de Cambridge para que puedan estar con sus primos. HarryyMeg han tuvieron a su primogénito Archie– de 3 años–cuando aún vivían en Londres. Pero nadie de la familia conoce aún a la pequeña Lilibet, a la que pusieron en nombre en honor precisamente de la reina Isabel II. Cumplirá un año el próximo sábado y es muy posible que la monarca se pierda las tradicionales carreras de caballos de Derby para poder estar con su bisnieta. Tampoco le ayuda sus problemas de movilidad.