La guerra de Putin conduce a Dinamarca a la defensa europea
► Por abrumadora mayoría (69%), los daneses deciden en referéndum acabar con una exclusión de casi 30 años
La invasión rusa de Ucrania hace tres meses no solo ha volado por los aires las estructuras de seguridad europeas posteriores a la Guerra Fría, sino que está provocando cambios decisivos en la política exterior de los países europeos.
Primero fue Alemania, que el 27 de febrero anunciaba que invertirá 100.000 millones de euros para renovar su Ejército y superaba su histórica reticencia a enviar armas a países en conflicto. El 18 de mayo, tras décadas de no alineamiento militar, Suecia y Finlandia pedían formalmente su ingreso en la OTAN para hacer frente a la amenaza rusa. Y, ayer, los daneses pusieron fin en un referéndum a casi 30 años de autoexclusión de la política de defensa de la UE. Según un sondeo de la televisión pública DR, un abrumador 69,9% votó a favor, frente a un 30,1% que lo hizo en contra.
Apenas dos semanas después del inicio de la guerra de Ucrania, el Gobierno de la primera ministra, la socialdemócrata Mette Frederiksen, anunció la convocatoria del referéndum tras consensuarlo con los partidos del «Folketing» (Parlamento). En la Cámara, el consenso a favor de una mayor cooperación en defensa y seguridad con los socios europeos es aplastante. Once de los catorce partidos del país pedían el voto para poner fin a este «opting out» arrancado por Copenhague a sus socios europeos a cambio de ratificar el Tratado de Maastricht en 1993. Un año antes, los daneses provocaron un terremoto en el «club» comunitario al rechazar con el 50,7% el texto que fundaba la actual Unión Europea.
«Siempre debemos emitir nuestros votos cuando hay una votación», animaba Frederiksen a los daneses, reacios tradicionalmente a ceder soberanía a Bruselas. «Creo con todo mi corazón que tenemos que votar ‘sí.’ En un momento en que necesitamos luchar por la seguridad en Europa, necesitamos estar más unidos con nuestros vecinos», explicaba la líder socialdemócrata.
El último debate en televisión celebrado el martes mostró las coincidencias entre el Gobierno socialdemócrata en minoría y los liberales, el segundo partido del Parlamento. Frederiksen y el líder de la oposición, Jakob EllemannJensen, creen que la UE será quien encabece la misión de paz y la reconstrucción de Ucrania cuando finalice la guerra y Dinamarca quiere jugar un papel importante en el desminado del país.
«Los rusos están arrojando minas por todos lados, destruyendo las exportaciones de alimentos y matando gente. Es un lugar donde será natural que Dinamarca se involucre», esgrimió la primera ministra. En la misma línea, Ellemann-Jensen subrayó que «sabemos que los rusos están minando salvajemente Ucrania, que es el granero del mundo».
En opinión del director del «think tank» Europa, Lykke Friis, «no hay duda de que Ucrania fue la principal razón para convocar el referéndum». Para Friis, el referéndum supuso una «gran sorpresa». «Durante los últimos muchos, muchos años, nadie pensó que el Gobierno sometería la exclusión voluntaria de la defensa a un referéndum nacional», explica.
A diferencia de Suecia y Finlandia, Dinamarca pertenece a la OTAN desde su fundación en 1949, por lo que está totalmente integrada en la estructura militar de la organización transatlántica. Sin embargo, su autoexclusión de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) la ha impedido participar en doce misiones militares de la UE. En la media docena que lo ha hecho ha sido bajo la bandera de la ONU.
Precisamente, el miedo a que una futura política de defensa europea desplace a la OTAN ha sido el argumento utilizado por los dos partidos de extrema derecha que han hecho campaña por el «no», el Partido Popular Danés (DF) y Nye Borgerlige (Nueva Derecha). «La OTAN es el garante de la seguridad de Dinamarca. Sería totalmente diferente si se decidiera en Bruselas», opina el líder de DF, Morten Messerschmitt.
El otro partido que rechaza unirse a la política de defensa de la UE es la Alianza Verde Roja aunque por motivos pacifistas en su caso. Pero un 46% acata la consigna oficial del partido y votaría «no», pero un 41% pensaba votar «sí», según un sondeo de Gallup.