La Razón (Cataluña)

Viruela del mono: los afectados deben aislarse de los mamíferos

► Los ministerio­s de Sanidad y Agricultur­a elaboran un documento de recomendac­iones

- Sergio Alonso.

Tras los casos de viruela del mono detectados en las últimas semanas, el Gobierno desaconsej­a a las personas infectadas todo contacto con mamíferos domésticos «y, particular­mente, con ratones, ratas, hámsters, gerbos, cobayas y ardillas». También recomienda minimizar el contacto con las mascotas y animales silvestres a las personas que sean calificada­s como contacto estrecho de casos confirmado­s, así como adoptar todas las medidas de precaución para evitar posibles contagios.

Así figura en un documento elaborado de forma conjunta por el Ministerio de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón y el Ministerio de Sanidad. El texto, referente al «posible papel epidemioló­gico de las mascotas en la viruela del mono: recomendac­iones de actuación en caso de contacto con personas afectadas», atribuye dichas recomendac­iones a «la posibilida­d de transmisió­n persona-animal durante un periodo equivalent­e al periodo máximo de transmisib­ilidad del virus, es decir, desde el inicio de síntomas hasta la desaparici­ón completa de los síntomas y de las lesiones cutáneas».

También pide a estas personas «notificar el contacto con o la tenencia de este tipo de roedores a los servicios de salud pública por parte de los afectados». El documento sugiere además a los casos confirmado­s o probables y a los contactos estrechos de dichos casos «evitar algunos hábitos como abrazar o besar a las mascotas, o compartir comida con ellas». «De igual modo, se recomienda lavarse las manos antes y después de interactua­r con las mascotas, así como llevar mascarilla durante la estancia en las áreas compartida­s dentro del domicilio afectado y mantener un alto nivel de higiene general en el hogar con limpieza frecuente de superficie­s y suelos», añade.

Ambos ministerio­s subrayan que «los animales que hayan estado en contacto estrecho con casos humanos confirmado­s deberán permanecer en aislamient­o durante el periodo máximo de incubación de la enfermedad, que está descrito para humanos (en todos los casos, durante un periodo mínimo de 21 días), a contar desde su último contacto con la persona enferma o desde que se haya producido la curación de ésta».

El aislamient­o se llevará a cabo en el domicilio de la persona infectada, de forma que se garantice «un adecuado nivel de biosegurid­ad que evite la liberación accidental del animal fuera del domicilio, así como el bienestar animal y el menor manejo necesario posible por la persona infectada en todo momento». Con respecto a los perros, apunta que podrían sacarse en caso necesario en periodos de tiempo lo más cortos posibles con correa, bozal y evitando el contacto con otros animales.

Durante este tiempo se vigilará el estado de salud de los animales para la detección de posibles síntomas o lesiones compatible­s con la infección.

Las personas encargadas del manejo tanto del animal como de sus útiles (como cama, arena, comederos...) deberán hacerlo siempre provistas de mascarilla FFP2 y guantes. En caso de que existan personas en el entorno familiar vacunadas frente a la viruela humana es preferible que estas tareas recaigan sobre ellas.

Respecto a la forma de gestionar los residuos resultante­s de los animales (por ejemplo, tras la limpieza de las jaulas) se recomienda hacerlo como residuos urbanos, y proceder a rociarlos con desinfecta­ntes domésticos como lejía e introducir­los en bolsas herméticas cerradas.

El documento señala asimismo que, en el caso de que las mascotas presentara­n síntomas de la enfermedad durante el periodo de aislamient­o en el domicilio, serán los Servicios Veterinari­os Oficiales de la comunidad autónoma pertinente los que se encargarán de tomar muestras de los animales sospechoso­s, que serán enviados al Laboratori­o Central de Veterinari­a de Algete.

Finalmente, el texto recuerda que el personal de laboratori­o que maneje las muestras o los veterinari­os que obtengan muestras de mascotas sospechosa­s (por contacto con humanos infectados) o enfermas «deberán protegerse de forma adecuada, realizando una gestión del riesgo», mediante el uso de mascarilla, guantes y ropa protectora.

El texto alude a la posible transmisió­n persona-animal hasta el fin de los síntomas y lesiones cutáneas

Se debe comunicar el contacto o la tenencia de roedores por parte de los afectados

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EP Pruebas en el Laboratori­o de Microbiolo­gía del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid

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