Viruela del mono: los afectados deben aislarse de los mamíferos
► Los ministerios de Sanidad y Agricultura elaboran un documento de recomendaciones
Tras los casos de viruela del mono detectados en las últimas semanas, el Gobierno desaconseja a las personas infectadas todo contacto con mamíferos domésticos «y, particularmente, con ratones, ratas, hámsters, gerbos, cobayas y ardillas». También recomienda minimizar el contacto con las mascotas y animales silvestres a las personas que sean calificadas como contacto estrecho de casos confirmados, así como adoptar todas las medidas de precaución para evitar posibles contagios.
Así figura en un documento elaborado de forma conjunta por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y el Ministerio de Sanidad. El texto, referente al «posible papel epidemiológico de las mascotas en la viruela del mono: recomendaciones de actuación en caso de contacto con personas afectadas», atribuye dichas recomendaciones a «la posibilidad de transmisión persona-animal durante un periodo equivalente al periodo máximo de transmisibilidad del virus, es decir, desde el inicio de síntomas hasta la desaparición completa de los síntomas y de las lesiones cutáneas».
También pide a estas personas «notificar el contacto con o la tenencia de este tipo de roedores a los servicios de salud pública por parte de los afectados». El documento sugiere además a los casos confirmados o probables y a los contactos estrechos de dichos casos «evitar algunos hábitos como abrazar o besar a las mascotas, o compartir comida con ellas». «De igual modo, se recomienda lavarse las manos antes y después de interactuar con las mascotas, así como llevar mascarilla durante la estancia en las áreas compartidas dentro del domicilio afectado y mantener un alto nivel de higiene general en el hogar con limpieza frecuente de superficies y suelos», añade.
Ambos ministerios subrayan que «los animales que hayan estado en contacto estrecho con casos humanos confirmados deberán permanecer en aislamiento durante el periodo máximo de incubación de la enfermedad, que está descrito para humanos (en todos los casos, durante un periodo mínimo de 21 días), a contar desde su último contacto con la persona enferma o desde que se haya producido la curación de ésta».
El aislamiento se llevará a cabo en el domicilio de la persona infectada, de forma que se garantice «un adecuado nivel de bioseguridad que evite la liberación accidental del animal fuera del domicilio, así como el bienestar animal y el menor manejo necesario posible por la persona infectada en todo momento». Con respecto a los perros, apunta que podrían sacarse en caso necesario en periodos de tiempo lo más cortos posibles con correa, bozal y evitando el contacto con otros animales.
Durante este tiempo se vigilará el estado de salud de los animales para la detección de posibles síntomas o lesiones compatibles con la infección.
Las personas encargadas del manejo tanto del animal como de sus útiles (como cama, arena, comederos...) deberán hacerlo siempre provistas de mascarilla FFP2 y guantes. En caso de que existan personas en el entorno familiar vacunadas frente a la viruela humana es preferible que estas tareas recaigan sobre ellas.
Respecto a la forma de gestionar los residuos resultantes de los animales (por ejemplo, tras la limpieza de las jaulas) se recomienda hacerlo como residuos urbanos, y proceder a rociarlos con desinfectantes domésticos como lejía e introducirlos en bolsas herméticas cerradas.
El documento señala asimismo que, en el caso de que las mascotas presentaran síntomas de la enfermedad durante el periodo de aislamiento en el domicilio, serán los Servicios Veterinarios Oficiales de la comunidad autónoma pertinente los que se encargarán de tomar muestras de los animales sospechosos, que serán enviados al Laboratorio Central de Veterinaria de Algete.
Finalmente, el texto recuerda que el personal de laboratorio que maneje las muestras o los veterinarios que obtengan muestras de mascotas sospechosas (por contacto con humanos infectados) o enfermas «deberán protegerse de forma adecuada, realizando una gestión del riesgo», mediante el uso de mascarilla, guantes y ropa protectora.
El texto alude a la posible transmisión persona-animal hasta el fin de los síntomas y lesiones cutáneas
Se debe comunicar el contacto o la tenencia de roedores por parte de los afectados