La Razón (Cataluña)

El partido a partido de Nadal

► Pese a aguantar 8 horas y 33 minutos entre octavos y cuartos no han encontrado solución para su lesión crónica

- Francisco Martínez. MADRID

Un mítico entrenador de tenis protesta, medio en broma: «Eso del partido a partido no lo ha inventado Simeone, es de toda la vida en el deporte». Y en este Roland Garros más que nunca lo tiene que aplicar Rafa Nadal. El balear se llevó una batalla epopéyica contra Djokovic y logró derrotarlo tras cuatro horas y 12 minutos, que se suman a las 4 horas y 21 que necesitó para superar a Felix AugerAlias­sime

AugerAlias­sime en octavos. Resistió bien, pero la incógnita sobre su pie izquierdo, donde tiene una lesión crónica, sigue ahí. «No quiero hablar de cómo han sido los tres últimos meses, pero no han sido divertidos», dijo.

Empezó el torneo queriendo dejar a un lado esas molestias, sin comentario­s, aunque realmente gran parte de lo que pasara en París dependía de cómo estuviera esa articulaci­ón, porque con unos mínimos para poder competir es el referente por mucho que las circunstan­cias sean las que son. Circunstan­cias ha habido de todo tipo en 17 participac­iones en Roland Garros y el balance es de 110 victorias por tres derrotas.

Justo pasaron tres semanas entre la imagen de Nadal hundido y cojo despidiénd­ose del torneo de Roma tras caer ante Shapovalov y la sonrisa enorme del martes después de vencer al número uno del mundo en la Philippe Chatrier. Aseguró el zurdo que hasta que no acabara el torneo no volvería a hablar de la situación en la que se encontraba su pie. Pero sí adelantó algo. «Tengo lo que tengo y si no encontramo­s soluciones, será extante tremadamen­te difícil. Disfruto cada día que paso aquí y seguiré luchando para encontrar una solución, pero hasta ahora, no la hemos encontrado. Nos aseguramos de que pudiera jugar aquí, pero a partir de ahí, no lo sabemos», explicó. Con el pie infiltrado y un juego notablemen­te más directo, aunque Djokovic le obligó a puntos largos, Rafa está resistiend­o. Lo de la agresivida­d no es nuevo, lo lleva persiguien­do desde hace tiempo, pero en esta edición de Roland Garros lo ha multiplica­do. En cuanto ve el hueco, la intenta colar. Contra el serbio firmó 57 golpes ganadores, nueve más que su rival, algo poco habitual en los Nadal-Nole, y 42 de ellos fueron con la derecha. Cuando la paralela le funciona hace daño, y además es el termómetro que indica si está fino o no.

Pese a todo, la paliza fue imporcon imporcon juegos de 10 minutos y uno hasta de 20, para completar un set que duró casi hora y media. Un día después de todo eso el cuerpo nota la fatiga. Además, al jugar en la sesión nocturna, tan criticada ya por la mayoría de jugadores, se acostó bien entrada la madrugada. Eso no evitó que ayer miércoles estuviera una horita soltándose con la raqueta. No era necesario forzar, pero una parada abrupta tampoco es lo ideal, de ahí que estuviera peloteando en el club que hay cerca de Roland Garros, no donde se disputa la competició­n, sobre las 13:00. También invirtió parte del día en jugar las ya míticas partidas de parchís que disputa con su equipo de trabajo. Despejar la mente y cuidar y recuperar el cuerpo.

La buena noticia es que tendrá dos días enteros, porque la semifinal contra Zverev no será hasta el viernes, presumible­mente a las 14:45. Son «sólo» dos pasos los que le quedan para que su leyenda siga creciendo. Después ya pensará en su pie a largo plazo.

El día después de Djokovic: un poco de raqueta suave, recuperaci­ón y partidas de parchís

«Nos aseguramos de que pudiera jugar aquí, a partir de ahí no sé qué pasará», reconoce el zurdo

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AP El pie izquierdo de Nadal le está, al menos, dejando competir en Roland Garros

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