La Razón (Cataluña)

«Esperanza Aguirre tiene una docena de caras»

Rafael Cidoncha Retratista

- Marián Benito, MADRID

El reconocido como «pintor del poder» revela que más de una dama habría vendido su alma al diablo a cambio de la juventud eterna a través del retrato

RevelarRev­elar el arte y ocultar al artista. Este conocido adagio hay que romperlo cuando la obra tiene como protagonis­ta a Esperanza Aguirre, que, al descubrir su retrato el lunes pasado, reaccionó con socarroner­ía: «Hay gentes que quieren verme colgada». Afortunada­mente, el autor, Rafael Cidoncha, solo mereció parabienes de la expresiden­ta. Después de retratar a personalid­ades como los Reyes Juan Carlos y Felipe VI, Ana Pastor o Mario Vargas Llosa, podemos confirmar que es el pintor del poder.

Nació en Vigo, en 1952. Puede que la habilidad para dibujar de su padre, arquitecto, le predispusi­era y fue el primer artista en la familia. La belleza natural de su tierra y la caja de acuarelas que le regaló su abuela remataron su gusto por el color y con cinco años ya regalaba a su gente sus primeros retratos, inspirados en los personajes de Disney. Esos bocetos tempranos evoluciona­ron a rostros a los que dota de alma, cada una con su singular belleza, sus emociones, caprichos, caprichos, razones y pasiones. Aunque ahora vive a caballo entre Madrid y París, ha trabajado en las ciudades con más solera artística, como Nueva York, Tánger y Marrakech.

Ante semejante desfile de personalid­ades en su estudio, se hace difícil sujetar una curiosidad que se desboca en busca de alguna anécdota jugosa que llevar a la crónica. Cidoncha, hombre comedido y reflexivo, se mantiene leal a su discreción, pero de modo muy cortés revela que más de una dama habría vendido su alma al diablo a cambio de la juventud eterna a través del retrato. Muy Dorian Gray, pero a la inversa.

Aguirre tiene un punto de coquetería que nunca ha disimulado. ¿Fue fácil agradarla?

El resultado es el de una mujer alegre y segura de sí misma, tal y como es ella. Quedó satisfecha, pero ha sido todo un logro por su complejida­d. Es un torbellino. Gesticula, sonríe y habla mucho. Con cada ocurrencia me sorprendía con una expresión nueva y hay docenas de caras de ella. Tiene la habilidad de romper ese instante que intentas capturar.

En la inauguraci­ón conoció a Isabel Díaz Ayuso. ¿Qué impresión se llevó?

Me cautivó. Su imagen es poderosa y muy natural. Tiene un rostro perfecto y armónico para trasladar al lienzo. Me pareció una mujer encantador­a, guapa, inteligent­ísima, culta y con una personalid­ad fascinante. Tomamos después una cerveza y vi que habla mucho, pero sin cansar. Es muy amena.

¿Le gustaría retratarla?

Para mis lienzos me gusta la gente como ella, hecha a sí misma. A cualquier líder con fuerte personalid­ad le retrataría, aunque no hay tantas personalid­ades carismátic­as que me puedan atraer.

¿Vetaría a algún personaje en sus lienzos?

Jamás retrataría a Putin.

Su realismo llega a provocar aturdimien­to.

Plasmo lo que el cerebro ve y son ya muchos años de observació­n que han educado al ojo para captar el detalle y que las manos ejecuten al mismo ritmo. Trabajo también con la intuición, de manera que cualquier gesto o rictus pueden ser muy sugerentes. Soy muy exigente técnicamen­te y por eso no me gusta trabajar sobre fotografía­s. El modelo tiene que hablar y el artista escuchar.

Si el retrato contase…

Detrás de cada uno hay una historia fascinante. Las sesiones son largas y el retrato es el resultado de mi interés por el ser humano, la expresión del alma.

¿Cómo consigue la paciencia del posado?

El artista es una agonía, pero mi trabajo empieza mucho antes. No me gusta maltratar al modelo con sesiones interminab­les. Enseguida tienes que captar la expresión que quieres reflejar. Esto no evita que el proceso sea una auténtica neurosis porque, incluso cuando capturas en el lienzo lo que observa tu cerebro y el modelo empieza a parecerse al cuadro, siempre encuentras algo más que necesitas proyectar.

¿Detesta la cirugía estética?

Que me perdonen los cirujanos, pero están desfiguran­do la anatomía natural de la cara femenina. No encuentras una expresión, una arruga, un detalle que hable de su trayectori­a vital. Nada está en su sitio, ni siquiera el entrecejo, y de repente te encuentras rostros que parecen gatos o peces. Ni siquiera me gusta el maquillaje, es como escalar una pared lisa.

¿Detecta mucha vanidad en el poder?

Al menos en mi estudio, no he visto vanidad. Lo que ocurre es que tenemos una falsa percepción de nosotros mismos y no somos sinceros ni siquiera con el espejo. Afortunada­mente, la primera impresión ante cualquiera de mis retratos ha sido, en general, muy positiva. y eso que no soy un artista complacien­te.

Alguien le habrá pedido que le devuelva la eterna juventud

Por supuesto, pero no atiendo tal petición. No me parecería honesto ni conmigo ni con el personaje.

¿Le resulta intimidant­e retratar a la realeza?

A Don Juan Carlos le he retratado en dos ocasiones y a su hijo, Felipe VI, una. Es un encargo que impone, pero ambos mostraron gran simpatía, cercanía y amabilidad.

Buena parte de la historia la tenemos en pintura. ¿Abruma pensar que sus cuadros continuará­n ese relato?

Me importa sobre todo la calidad de la obra. Aún no me he acostumbra­do a despertar atención como autor de retratos de gente influyente.

 ?? EP ?? Esperanza Aguirre e Isabel Díaz Ayuso posan junto al retrato de la expresiden­ta de la Comunidad realizado por Rafael Cidoncha
EP Esperanza Aguirre e Isabel Díaz Ayuso posan junto al retrato de la expresiden­ta de la Comunidad realizado por Rafael Cidoncha
 ?? ?? Retrato del Rey Don Juan Carlos
Retrato del Rey Don Juan Carlos
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain