La vivienda sube a un ritmo no visto desde la burbuja
► El precio se dispara un 8,5% en el primer trimestre, la mayor subida desde 2007
El mercado inmobiliario se está recalentando. Si en marzo la compraventa de viviendas alcanzó ya niveles de la burbuja inmobiliaria, ahora son los precios los que siguen esa tendencia. En el primer trimestre del año, se dispararon un 8,5% en tasa interanual, la mayor subida desde el tercer trimestre de 2007, cuando la burbuja estaba a punto de estallar, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Tanto la vivienda nueva como la usada se han encarecido de forma notable. La primera un 10,4% y la de segunda mano, un 8,2%. Los precios de esta última tipología no subían tanto desde hace quince años (junio de 2007), mientras que la de obra nueva registra su mayor aumento desde el primer trimestre del año 2019.
En algunas comunidades, como Baleares (12%), Cantabria (11%), Canarias (10,9%), Andalucía (10,9%), los precios han escalado incluso por encima del 10%.
Una demanda insaciable y un ritmo de producción insuficiente para atenderla se han combinado para dar lugar a este fuerte repunte de los precios. «Nos encontramos ante un nuevo boom por comprar, aunque ahora la situación es diferente: diferente: ya no hay exceso de producto sino escasez de “stock”. Los ciudadanos han comprado tantas viviendas -batiendo récords desde el 2007- en un periodo de tiempo tan corto que el mercado se ha quedado prácticamente vacío», explica María Matos, directora de Estudios y Portavoz de Fotocasa. Esta repunte de la demanda se explica, según Matos, «a la gran demanda latente por mudarse a un hogar que se ajuste más a nuestras necesidades y la alta rentabilidad del activo inmobiliario como valor refugio para grandes y pequeños inversores frente a la inflación desbocada».
En el caso de la vivienda nueva, Matos asegura que «el momento de crisis en occidente ha provocado encarecimientos en el precio de los materiales de construcción, ocasionando que la oferta de obra nueva se esté ralentizando y tardando mucho más de lo habitual en llegar al mercado. Estos factores propician un gran desequilibrio entre oferta y demanda, lo que supone una gran problemática que provoca fuertes subidas de precios y dificulta el acceso a la vivienda».
El boom de compras casi ha vaciado el «stock» de casas disponibles y catapultado el precio