Julio Jiménez ya es eterno
El ciclista abulense fue segundo en el Tour de 1967 y cuarto en el Giro de 1964
Julio Jiménez llegó tarde al ciclismo, pero con el tiempo suficiente para convertirse en una leyenda. No era fácil llegar al ciclismo profesional desde Ávila y tuvo que esperar hasta los 25 años para dar el salto y dejar atrás los artesanales comienzos.
En su primera carrera, la Vuelta a las Murallas, corrió con todo prestado: la bicicleta, un pantalón blanco y un maillot del Atlético de Madrid. Así lo recordaba en el programa de Televisión Española «Conexión Vintage». No fue aquel su único contacto con el fútbol. Después fue una peña madridista la que se encargaba de hacerle los maillots.
No imaginaba entonces que iba a ser uno de los mejores ciclistas de la época y uno de los mejores de la historia del ciclismo español. No necesitó ganar una grande, aunque estuvo cerca. Fue segundo en el Tour de 1967 y cuarto en el Giro un año antes. En la carrera italiana llevó once días la «maglia» rosa y Julio siempre recordaba que aquel Giro se le escapó por no hacer caso a Anquetil. El francés le recomendó que soltara el liderato en las etapas más llanas para no desgastarse demasiado en su defensa. Julio Jiménez se empeñó en mantenerlo porque nunca se sabe cuándo lo vas a poder recuperar. Pero aquellos esfuerzos los pagó en la montaña para caer hasta el cuarto puesto, el primero fuera del podio.
Lo suyo era lucirse en las subidas y por eso era normal que su ciudad, Ávila, cuando se decidió a dedicarle una calle fuera una cuesta, la cuesta de Julio Jiménez. Allí había empezado a montar en bici mientras aprendió el oficio de relojero en la joyería que tenía su primo. Un oficio que le acompañó toda la vida con el sobrenombre de «El relojero de Ávila». Su primera bicicleta fue una GAC de paseo que le regaló su padre y que él iba adaptando con piezas que encontraba en el Rastro.
En la Vuelta su mejor resultado fue un quinto puesto, aunque ganó tres veces la montaña, las mismas que en el Tour.
Julio Jiménez ha fallecido a los 87 años después de sufrir un accidente de tráfico en Ávila, la ciudad que lo vio nacer el 28 de octubre de 1934. Nunca ganó una gran vuelta. pero se despide una leyenda.
Un tráfico accidente ha acabado de con la vida del «Relojero de Ávila» a los 87 años