La Razón (Cataluña)

Se dispara la pérdida de poder adquisitiv­o de las rentas familiares

► Extremadur­a, con la renta familiar más baja de España es la cuarta región en subida del IPC, con un 9,4%

- Lorente Ferrer.

ElEl Banco Central Europeo ha confirmado esta semana las medidas que se venía anunciando en pos de volver a la senda del déficit público controlado. Christine Lagarde, anunció así la subida del precio del dinero, un cuarto de punto y el fin de la compra de deuda pública de los países de la Unión Europea, poniendo fin a la «barra libre» del endeudamie­nto nacional.

El BCE pretende con este paso, poner coto al creciente proceso inflaciona­rio, control al que renunció tras la crisis generada por la pandemia por coronaviru­s. Entre los factores que se quiere atajar está la subida sostenida del IPC, que viene de mucho más atrás de la invasión rusa de Ucrania, y está empobrecie­ndo a las familias en España. El índice general de precios se encuentra en el 8,7% de incremento interanual, lo que se une a las mañas perspectiv­as que muestra el crecimient­o del PIB, especialme­nte en España, que es el único país de la zona euro que aún no vuelto a la senda de crecimient­o anterior a la pandemia.

Así, lo que constatan los datos económicos, es que, con este IPC tan elevado, si un hogar medio ahorraba en 2021 la cantidad de 3.694,24 euros, un año después la renta disponible es de 1.345,61 euros. Por persona el «colchón» es menor, pues hemos pasado de 1.443,78 euros a 499,98 euros. Pero esto es en teoría. Si no se consigue contener la inflación los datos para 2023 serán negativos. Y eso que se trata de una media nacional. Desde luego que ya hay familias e individuos en «números rojos», que no llegan con su sueldo a fin de mes.

la realidad nos dice, con estadístic­as oficiales, que la pérdida de poder adquisitiv­o de las rentas de familias y personas, es mucho más grave; la mayor parte del presupuest­o de los hogares va a parar precisamen­te a los grupos de bienes y servicios que más se han encarecido.

El Instituto Nacional de Estadístic­a (INE) no dice que la vivienda, agua, electricid­ad, gas y otros combustibl­es han visto subir hasta el 17,5% su precio en los últimos doce meses. El capítulo de transporte se ha incrementa­do en un 14,9% y el de alimentaci­ón en un 11,0%. Los presupuest­os familiamis­o res quedan pulverizad­os y hay que recortar y ello no garantiza que se pueda ahorrar.

Como estos son los principale­s conceptos de gasto de los hogares, el gasto real de las familias se ha disparado más allá del 8,7% genérico. Por lo que la pobreza ya está llamando a las puertas de muchos españoles. Se ha adelantado año y medio a las medidas de austeridad a las que se verá obligada la Administra­ción española en 2024, con la vuelta a la disciplina fiscal, reducción del gasto «social» (para mantener la viabilidad de las pensiones, pago de intereses y amortizaci­ón de la deuda y el comproPero de duplicar el gasto militar en tres años), y el adelgazami­ento del Estado, en aquellas actividade­s no esenciales, en todos los niveles, desde el local al central, pasado por el autonómico.

Pero el encarecimi­ento de la vida no es igualitari­o en todos los territorio­s de España. Extremadur­a, con la renta familiar más baja de España; 22.250 euros es la cuarta región en subida del IPC, concretame­nte han llegado al 9,4%. En Castilla-La Mancha los precios se han encarecido en un 10,6%, récord nacional, y tiene la cuarta renta familiar más baja de la nación. En la Región de Murcia, quinta región con menor renta, la carestía es del 9,2%.

Otras autonomías con subidas del IPC superiores a la media nacional, pero que también tienen rentas por debajo del promedio de país son Castilla y León, con el 9,9%, Galicia con el 9,8%, Andalucía y Asturias, ambas con el 8,9% y Cantabria con el 8,8%.

La consecuenc­ia directa de la subida de precios es la reducción del consumo en general, uno de los elementos que impulsa la economía y el crecimient­o, algo que arrastra a su vez a la recaudació­n vía impuestos, por lo que el Gobierno tiende a incrementa­rlos, reduciendo, entre otras medidas, las exenciones fiscales, frenando, a su vez, el gasto o las inversione­s de las empresas.

Por otro lado, las familias españolas ahorran poco o nada, por lo que los depósitos bancarios se resienten y hay menos liquidez para la concesión de créditos tanto a empresas como a familias. Esto, unido a las próximas y sucesivas subidas de intereses y las restriccio­nes en la deuda pública a partir de julio, ya mencionada­s, nos presenta un futuro muy pesimista a corto y medio plazo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain