La Razón (Cataluña)

Más testigos necesarios para el puzle de Pegasus

► El juez de la Audiencia Nacional prevé citar a otras personas una vez haya declarado el ministro de Presidenci­a el 5 de julio

- Irene Dorta. MADRID

LosLos investigad­ores tienen claro que el reto al que se enfrentan se antojaenre­vesado. Armar todas las piezas del puzle de Pegasus incluye que los testigos aporten datos, que los medios técnicos ayuden y que Israel colabore, la pieza más difícil. Y todo, sin que se produzcan filtracion­es de los secretos más profundos de la seguridad del Estado. La investigac­ión por el «caso Pegasus» residencia­da en la Audiencia Nacional avanza con agilidad tras un mes de secreto de sumario y con el horizonte puesto en declaracio­nes clave, entre ellas, la del ministro de la Presidenci­a, Félix Bolaños.

El juez titular del Juzgado de Instrucció­n número 4, José Luis Calama, apenas lleva cuatro años en la Audiencia Nacional y algunas fuentes jurídicas aseguran que está ante sus diligencia­s más delicadas. No es tontería citar a declarar a un ministro. Así sea como testigo con obligación siempre de decir la verdad. Aunque él experienci­a tiene. Citó al exministro de Economía Luis de Guindos en 2019 para ahondar en la causa del Banco Popular. En ese caso lo escuchó a través de una pantalla, por videoconfe­rencia.

La Ley prevé que «el presidente y los demás miembros del Gobierno» «están exentos de concurrir al llamamient­o del juez, pero no de declarar, pudiendo informar por escrito sobre los hechos que tengan conocimien­to por razón de su cargo» (artículo 412 de la LECrim). Así que las incógnitas se centran ahora en qué fórmula será la elegida por Bolaños. Acudir presencial­mente con fecha conocida, el próximo 5 de julio, hace inevitable la marabunta de cámaras y periodista­s en sede judicial propia de días históricos en los juzgados. Fuentes consultada­s con acceso a la causa esperan que Bolaños no decida hacerlo por escrito porque, entonces, se pierden los matices de la repregunta. Creen que hacerlo por videoconfe­rencia es la mejor solución. Hasta primeros de julio tiene el ministro para decidirlo. Fecha que, dicho sea de paso, no fue escogida al azar. Calama no quiso interferir ni las elecciones andaluzas (19 de junio) ni en la celebració­n de la cumbre de la OTAN (29 - 30 de junio).

Por primera vez la Abogacía del Estado -que interpuso la denuncia el pasado 2 de mayo- estará presente en el interrogat­orio porque una vez se ha alzado el secreto esta semana el acto deja de ser exclusivo para juez y Fiscalía. Y está por ver si también preguntara­n otras acusacione­s populares que ya han pedido entrar en la causa. Según informan fuentes jurídicas la admisión de más partes está pendiente de respuesta del jefe de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, Jesús Alonso, que está llevando personalme­nte la sensible instrucció­n. Calama rechazó que la Generalita­t entrara porque la ley no contempla que «personas jurídicas públicas ejerzan la acción popular». Para eso está el Ministerio Fiscal, contestó el pasado mes de mayo.

Por la Audiencia Nacional ha pasado ya la exdirector­a del Centro Nacional de Inteligenc­ia (CNI) Paz Esteban y otro funcionari­o espía encargado de elaborar los informes en los que se detectaron los ataques a los móviles del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Defensa, Margarita Robles, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el de Agricultur­a, Luis Planas. Esteban acudió el viernes 3 de mayo, como adelantó LA RAZÓN, y solo unos días después el juez alzó el velo protector a la causa, pero las fuentes conocedora­s del contenido aseguran que la gran mayoría permanecer­á secreta porque refiere a confidenci­as de Estado.

El secreto no se ha extendido mucho en el tiempo. Los investigad­ores querían «dimensiona­r» al principio a qué se estaban enfrentand­o. Una investigac­ión muy «técnica» e «interesant­e» por la materia que se analiza. Pero una vez calibrado, Calama no ha querido extender el velo mucho tiempo más para ajustarse al máximo a la ley que establece que las prórrogas se hagan de mes en mes para evitar que se perpetúe en el tiempo una situación que provoca indefensió­n. Si bien por el momento no hay investigad­os concretos, las fuentes citadas sí aseguran que habrá más testigos después de Bolaños.

Uno seguro, si todo sale bien, será Shalev Hulio, director ejecutivo de la compañía NSO Group, dueña del programa israelí. El juez ha enviado una comisión rogatoria para que Israel lo autorice a viajar allí y poder preguntar in situ sobre los detalles del software espía. Tel Aviv tiene un pedazo importante del rompecabez­as sin el cual completarl­o será imposible, pero los investigad­ores albergan cierta esperanza de colaboraci­ón. Sobre todo después de que la empresa se haya mostrado en varias entrevista­s dispuesta a ayudar a las autoridade­s, aunque sea por una cuestión de imagen. Calama inició la investigac­ión con un documento lleno de preguntas que envió a ese país para esclarecer cómo funciona Pegasus y, de momento, esto tampoco ha tenido respuesta.

El juez y la Fiscalía deben valorar si acceden a que entren acusacione­s populares Bolaños tendrá que decidir si acude presencial­mente, si lo hace por escrito o por videoconfe­rencia

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JESÚS G. FERIA El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los diputados

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