Y ahora, Argelia
LosLos problemas se acumulan en Moncloa. Bol años ha sido llamado a declarar como testigo en el caso Pegasus. Si la citación está relacionada con haber sido quien informó del espionaje al presidente a través de una rueda de prensa o si, por el contrario, es llamado a dar otras explicaciones tras la comparecencia de la exdirectora del CNI, lo sabremos pronto. Hay que recordar que Paz Esteban fue destituida por el «grave fallo en la seguridad» que suponía el espionaje a varios ministros. Ante el juez, no dudo en apuntar a Bolaños como responsable de la seguridad de los móviles del Gobierno.
La decisión del juez no es una cuestión menor. El interrogatorio al que se someterá parece apuntar en la línea de centraren su gestión el asunto. En su momento, la controversia estuvo servida entre Bolaños y Robles. El hombre de confianza de Sánchez aprovechó para debilitar a la titular de Defensa. Los independentistas atacaron ala ministra y, finalmente, pagó el pato el CNI. Pero si el fallo fue de Presidencia se puede abrir, de nuevo, el melón de las dimisiones.
El segundo asunto delicado es la crisis diplomática con Argelia. En principio, no parece que estén en riesgo las importacionesde gas. Sin embargo, desde el punto de vista político hay dos razones por las que preocuparse. Argelia ha dado un toque de atención a España al tiempo que coquetea con Italia. Intentar solucionar los problemas con Marruecos creando otros con Argelia es una política de dudo so rédito. Por otro lado, estos dos cenagales pueden tener repercusión en las andaluzas que, una vez más, se juegan en clave nacional.
Sánchez pierde y da un cheque a Feijóo y a Vox. Cada vez es menos serio atribuir el fracaso andaluz en exclusiva a Juan Espadas. Los presidentes autonómicos socialistas toman nota.