Nuevo recorte del PIB de 2022 y más rebajas a la vista
► El Banco de España reduce el crecimiento previsto hasta el 4,1% y calcula una inflación del 7,2%
El Banco de España había avanzado que volvería a rebajar en junio su previsión de crecimiento para España en 2022 por culpa de que la «desaceleración» del PIB en el primer trimestre había sido «mucho más intensa» de lo esperado y había estado rematada con un repunte de la inflación subyacente. Pues ayer confirmó ese parón. En el escenario central de sus proyecciones espera que el PIB de la economía española aumente un 4,1% este año, cuatro décimas menos de su último pronóstico (4,5%). Eso sí, espera que siga creciendo de una forma «relativamente robusta» en 2023 (un 2,8%) y en 2024 (un 2,6%), aunque no descarta más rebajas este año y los siguientes según la evolución de la situación geopolítica. Para el organismo, cuyas proyecciones reconoce que «están sometidas a riesgos significativos, orientados a la baja en el caso del crecimiento del PIB y al alza en el de la inflación», su predicción es dos décimas más severa que la actualizada en abril por la ministra económica, Nadia Calviño, que la redujo al 4,3% desde el 7% inicial. El recorte ha sido aún más fuerte para el próximo año, ya que el Gobierno espera crecer un 3,5% en 2023 y un 2,4% para 2024.
El supervisor bancario defiende su decisión de recortar el PIB en que el inicio de la guerra en Ucrania abrió un período de «enorme incertidumbre, que, tres meses y, medio más tarde, continúa sin disiparse» y se ha intensificado en los últimos meses por culpa de la presión inflacionista, además de haberse mantenido las alteraciones en las cadenas de suministros globales, factores que están «limitando el dinamismo de la actividad mundial y ensombreciendo sus perspectivas futuras». Así, cree que la inflación general se desacelerará desde el 7,2% en 2022 hasta el 2,6% en 2023 y el 1,8% en 2024, mientras que el componente subyacente pasará del 3,2% en el promedio de este año al 2,2% y el 2% en 2023 y 2024, respectivamente.
También resalta el nivel «persistentemente elevado» de los precios de la energía, que ha continuado siendo un determinante de primer orden en los desarrollos económicos en nuestro país y que ha provocado una subida de precios con un pronunciado impacto negativo sobre el poder adquisitivo de las rentas y, por tanto, sobre el gasto de familias y empresas.
La evolución prevista del PIB provocaría que la economía española no recuperará el nivel previo a la pandemia en la segunda mitad de 2023.
Por otro lado, el Banco de España ha vuelto a criticar el ritmo de ejecución de los fondos europeos, que supone «una fuente de incertidumbre adicional en los próximos trimestres». En este sentido, recuerda que la escasa información disponible sugiere la posibilidad de que «se produzca un cierto retraso en su ejecución», que podría «comportar retrasos en la inversión privada».
Alerta de que el ritmo de ejecución de los fondos europeos pone en peligro las inversiones privadas